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Sergio Jorge Anda muestra el ala de una de sus perdices rojas en la granja Serjoran de Fuenmayor. D.M.A.
«No he recibido una subvención en mi vida. Solo pido que faciliten los trámites»
LA ENTREVISTA

«No he recibido una subvención en mi vida. Solo pido que faciliten los trámites»

Fuenmayor. Sergio Jorge Anda El temporal destrozó la granja de perdices de este emprendedor que exporta a Europa y Asia, pero no se rinde: «Es un negocio para años vista»

DIEGO MARÍN A.

fuenmayor.

Jueves, 28 de enero 2021, 01:00

Hace un año Sergio Jorge Anda abrió en Fuenmayor una granja de perdiz roja, Serjoran, dedicada a la producción de huevos y pollos. A sus 36 años, su vida parece una aventura, ha sido militar y 'ertzaintza', es piloto de helicópteros y de drones, además de cazador. Desde el 2006 se dedica a la cría de perdices, primero en una granja de Santa Cruz del Fierro (Álava) y desde el año pasado también en Fuenmayor, cuyas instalaciones destrozó el temporal 'Ignacio'. Por si fuera poco, también se dedica en primavera a la cereza en La Almunia de Doña Godina y ejerce en verano de guarda forestal en un parque natural de Gerona.

- Vaya vida... ¡Y solo 36 años!

- Soy un enamorado de la perdiz roja y no me gusta que me paguen por no hacer nada. Lo de ser guarda rural en Cataluña casi lo considero mis vacaciones.

- ¿Por qué fundó una granja de perdices, tan poco habitual en La Rioja que es la única?

- Ya tenía la de Santa Cruz del Fierro, al lado de Zambrana, y veía que las perdices no ponían los huevos que yo quería por la climatología, así que estuve buscando dónde ubicar sala de incubación por una temperatura más alta y una climatología más estable. Aquí no había una granja grande de perdices y decidimos hacerla en Fuenmayor.

- ¿Cómo le ha afectado la pandemia, recién estrenada la granja?

- El gran problemas es que son animales, no puedes desenchufarlos. Me afectó al 100%, sobre todo, por los plazos a cumplir para fundar una empresa, y con los cambios de política la burocracia es peor. Yo no he recibido una subvención en mi vida. No facilitan nada. Y no pido dinero, solo que faciliten los trámites. Yo disfruto de mi trabajo, es mi 'hobby'. En el 2017 ya comencé los trámites y ese año empecé a hacer el proyecto de la sala de incubación para competir con el mercado francés. Con la pandemia casi no puedo volver a España tras hacer una exportación a Inglaterra. También he exportado faisanes a Catar y perdices a Francia, pero todo eso se ha parado. Acumulé huevos y tenía que buscarles salida, así que empecé a vender huevos y pollitos a otros criadores. Hoy en día puedo decir que ya he vendido toda la producción.

- ¿Su granja se dedica a la alimentación, la caza o las dos cosas?

- Solo para caza, llevamos perdices, faisanes y codornices para cotos. Muchas se quedaban sin cazar, después de la suelta, y acordé recogerlas. Una línea secundaria es la elaboración de perdiz en escabeche y paté, sobre todo para el mercado 'gourmet', pero la principal es la venta de huevos y pollitos y la venta de perdices para caza.

- ¿Tiene salida en La Rioja o exporta mucho nacional e internacionalmente?

- En La Rioja, nada. Por burocracia no dejan hacer muchas cosas, la legislación es muy restrictiva. Nuestro mercado está en el sur de España, la zona norte tiene diferente cultura de caza, es más de monte y de ave migratoria. Exportamos mucho a Francia, nos compran mucho, para desde allí mandar a Italia, Chile y EEUU.

- ¿Cómo le afectó el temporal?

- No pensábamos que nos iba a hacer este daño pero todas las jaulas se volcaron y todo el trabajo de un año entero de montaje y acoplamiento de parejas se esfumó. A ver qué se puede salvar porque hay que renovar las instalaciones. Por suerte, tenemos dónde llevar a las perdices, a la otra granja, otras escaparon.

- ¿Y cómo ha logrado vender toda la producción en esta época?

- Con la crisis sanitaria se paralizó la temporada, que no había sido mala del todo, aunque bajando precios y asumiendo costes altos de transporte. La manera de sacar adelante la producción era decidiendo que era mejor muchos pocos que uno muy grande, es decir, aceptando pedidos pequeños. Esto es un negocio para años vista. Por el confinamiento municipal, la caza no se puede realizar y eso nos limita mucho. Nadie nos ayuda. Yo trabajo todo fuera de La Rioja. Las perdices requieren mucha inversión y este año va a pérdidas.

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