La dulce historia del Camero Viejo
Soto en Cameros ·
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La II Feria del Mazapán revive la época dorada del pueblo gracias a la reposteríaEn la segunda mitad del siglo XIX proliferó en Soto en Cameros la industria del mazapán, llegando a albergar durante un siglo cuatro fábricas que daban empleo a más de un centenar de personas. Con el fin de recordar esa importante parte de la historia del Camero Viejo, Soto celebra la Feria del Mazapán. «Quería darle vida al pueblo en época que no son las fechas estivales, que es cuando más gente hay, porque en invierno está más triste. Y la mejor forma de atraer gente es organizar un evento de este tipo, y como el mazapán es típico de Soto...», justifica el alcalde de la localidad, Pedro Elías Cristóbal.
El porqué se relaciona Soto con el mazapán es un asunto difuso, unos dicen que lo empezó a elaborar una monja (Águeda Redondo Tejada). «Es un producto de almendra y entonces había mucha, parece que gustó, la gente lo empezó a hacer y ha empleado a muchas personas hasta hace relativamente pocos años. Bajaban mujeres de toda la sierra e, incluso, se quedaban aquí a dormir en Navidad. El problema es que es un producto estacional, pero había mucha producción», explica el alcalde de Soto.
Este sábado la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, acudió a la inauguración de la feria acompañada de la consejera de Agricultura, Eva Hita, y recorrió los puestos del mercado en los que, sobre todo, se vendían dulces y mazapanes, pero también queso y plantas.
Actualmente la única fábrica de mazapanes que existe en Soto es la familiar Viuda de Manuel Redondo, que también contó con un puesto de venta. Jesús Manuel Redondo, biznieto del fundador, señaló el origen en 1870, con su bisabuelo Juan de Dios Redondo Tejada. «Pensamos que, incluso, pudo empezar antes porque la receta se la dio una hermana que, por lo que estamos investigando, estuvo de aprendiz en otro obrador de Soto. En la familia ya contaban con confitería y empezaron a fabricar mazapán, por lo que creemos que realmente se pudo empezar sobre 1850», expone Jesús Manuel Redondo.
Lo curioso es que es una variante del mazapán de Toledo, que cuenta con un 11% de humedad, mientras que el de Soto aumenta hasta el 16%. «La elaboración es diferente, en Toledo el azúcar y la almendra la mezclan en grano, en crudo, y nosotros en jarabe, por lo que la masa es más esponjosa, más fina, y no tiene nada que ver, son productos diferentes», describe Redondo.
A mediados del siglo XX de las cuatro fábricas solo Viuda de Manuel Redondo permanecía en Soto, Segura, Casa Redondo y Santiago La Cruz se trasladaron a Logroño. «Nosotros ahora fabricamos mazapán y con chocolate, pero somos pequeñitos, no entramos en grandes superficies», reconoce Redondo.
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