Día de dulces y caldo en el Camero Viejo con mucha almendra

De hecho, la climatología adversa favoreció que el caldo tuviera casi tanto éxito como los mazapanes ayer en Soto en Cameros. Y es que el sopicaldo soteño, subrayaban con un cartel, tiene siete virtudes: quita la sed, sabe a poca, invita a dormir, ayuda a digerir, siempre bien sienta, nunca enfada y pone la oreja colorada. Emma del Valle, una de las voluntarias que servían el caldo, aseguraba que es típico de Soto. «Es una receta de hace muchos años, se daba en invierno por el frío. Lleva verduras, chorizo, huevo, pan, panceta... No es que tenga más éxito que el mazapán pero con el frío, apetece», reconoció Emma del Valle con una nutrida cola a la que atender.

En esta edición fueron tres los productores riojanos de mazapán que mostraron y vendieron sus productos, el local Viuda de Manuel Redondo, Dulces El Avión y Soto Segura. «Para nosotros estar aquí es volver a casa. Mi casa está a 20 metros. Nosotros somos historia del mazapán e historia de Soto», admitió César del Río, gerente de Mazapanes Soto Segura, fábrica fundada a finales del siglo XIX por Bartolomé Segura en Soto en Cameros y que, por falta de mano de obra, se trasladó a Logroño en 1970, ya con el sobrino Plácido Sáenz Segura al mando de la empresa. Ahora con el nieto de este, César del Río, al frente de la firma, miembro de la cuarta generación familiar dedicada al mazapán, la fábrica inauguró unas nuevas instalaciones el año pasado en Villamediana de Iregua manteniendo la misma base: la almendra.