Rosario García. UR

Desarrollan un innovador material con la seda de un ácaro hallado en Valgañón

Una botánica de Ezcaray, Rosario García, condujo al descubrimiento del escaso arácnido, que abre un «futuro prometedor» en la biomedicina

Javier Albo

Santo Domingo

Sábado, 7 de noviembre 2020, 11:55

Rosario García es botánica y de Ezcaray. Ambas circunstancias condujeron, entonces sin saberlo aún, al desarrollo de un nuevo nanomaterial producido a partir de la seda que fabrica el ácaro Tetranychus lintearius, de propiedades biomédicas prometedoras. Entre otras características, es más resistente que el acero ... y dos veces más fuerte que la seda de araña estándar. También ultraflexible, biodegradable, biocompatible y de tamaño nano, mil veces más fino que un cabello humano, lo que facilita la penetración en las células sanas y cancerígenas, sin dañarlas. Todo ello lo hace idóneo para su uso en farmacología y biomedicina, por ejemplo, para el transporte de medicamentos en terapias contra el cáncer, o en el desarrollo de biosensores para la detección de patógenos y virus.

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Rosario, ex decana de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad de La Rioja, actualmente jubilada, recuerda que otros compañeros profesores del Área de Plagas se pusieron en contacto con ella para preguntarle dónde se podía encontrar tojo en La Rioja. Y es que el ácaro en cuestión se alimenta exclusivamente de esta planta. «Les dije que había una mancha importante en la dehesa de Valgañón», indica. El tojo tiene su hábitat en el clima atlántico, en las zonas que ha habido deforestación. «Aunque el valle del Oja tiene la influencia atlántica, es un poco más continental y por eso no es tan frecuente», explica. En una ocasión leyó en un artículo científico que esa mancha de tojo, probablemente, pudo llegar con la maquinaria del País Vasco, donde es muy abundante, que vino a realizar labores de forestación en la zona.

El caso es que allá se fueron. Encontrar el ácaro –especie que solo se ha hallado hasta ahora en la localidad riojalteña– es casi equiparable a encontrar la aguja en el pajar, ya que su tamaño ronda los 0,3 milímetros (más pequeño que la coma de un teclado). «Nos costó, pero al final, sobre una de las plantas de tojo encontramos una telita de araña y allí estaba el ácaro», explica la experta.

Su papel como botánica terminó ahí, pero la investigación continuó en los laboratorios, hasta que un equipo científico, liderado por Miodrag Grbiç –investigador de las universidades de La Rioja, Western Ontario (Canadá) y Belgrado (Serbia)– descubrió esta valiosa seda, en términos médicos, producida por el que los científicos han bautizado como el «bicho riojano».

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