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María y José, con el Niño Jesús, en el pesebre montado en el altar de la iglesia parroquial de San Martín. E. G. M.
Cuatro décadas de belén viviente en Cenicero

Cenicero

Cuatro décadas de belén viviente en Cenicero

Los vecinos, reconvertidos a actores, representaron en la mañana de Reyes el nacimiento de Cristo, tradición que cumple cuarenta años

Martes, 7 de enero 2025, 08:04

Durante las Navidades de 1984, en Cenicero, se llevó por primera vez a cabo la escenificación de un belén viviente en la iglesia, encarnado por los vecinos del pueblo. En dos pases, uno el 25 de diciembre y, luego, otro el 6 de enero. La costumbre ha cumplido 40 años y, por ello, los participantes la han ido expandiendo para hacerla más compleja y atractiva.

«Es una tradición que nació inspirada por la cantidad de películas que se hicieron en aquellos años sobre temas bíblicos; así que, en Cenicero, decidimos incluir un belén en las misas navideñas», explican desde la organización. «Todas las modistas del pueblo elaboraron un vestuario que ha aguantado hasta hoy», añaden estas fuentes. Las ropas se conservan, aunque ha habido otras cosas que han cambiado en este tiempo. «Ahora, en vez de representar el nacimiento a lo largo de la misa, lo hacemos después, para darle un carácter más independiente, siempre con la aprobación del cura», cuentan los vecinos de Cenicero.

Otra curiosidad importante es que, para dotar de más capas a la representación, se han incorporado pasajes rescatados de fuentes apócrifas –no oficiales–, como el milagro de la Virgen y el ciego. En él, huyendo al exilio tras ser amenazada, María cura a un hombre que cuida un naranjo y le devuelve la vista. «Además de eso, hemos tomado como base la estética de la película 'El evangelio según San Mateo', de Pasolini», dice la coordinadora.

En concreto, la escenificación, que duró en torno a media hora, comenzó con una introducción al contexto histórico. Más tarde, llegaron María y José a la posada, y continuaron con la entrega del niño por parte del ángel. Tras las ofrendas de los pastores y los Reyes Magos, marcharon a Egipto, amenazados por Herodes. De la función, sobresalió la música cantada a coro por las chicas del colegio de Cenicero, y el ambiente solemne y respetuoso.

La idea encaminada hacia el cincuenta aniversario, que será en los años 2034-2035, es la de adaptar el belén viviente cada vez más hacia el folclore popular. «Queremos llegar al punto en el que podamos narrar íntegra la vida de Jesús; el reto estará en poner a todo el mundo de acuerdo», apunta la organización.

Las necesidades del Niño

La representación del belén viviente dejó algunas anécdotas curiosas. La primera de ellas, tener que empezar con algunos minutos de retraso, porque el bebé que daba vida al Niño Jesús «tenía que hacer sus necesidades», según manifestó María. Otros detalles reseñables fueron el atasco de la estrella cuando bajaba por un cable al pesebre, o la llamativa corona que lucía Herodes. «Hemos investigado y así era, no de estilo medieval», sentenciaba la encargada de la función.

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