Comienzan las obras del viaducto de Ortigosa

«Esta mañana la empresa que realiza las obras ha comenzado a realizar los trabajos de demolición de un muro de mampostería para poder acceder al arco por el lado de San Miguel, así como a relazar varias catas en el tablero para conocer su estado», explica Víctor Martínez, alcalde de Ortigosa, quien celebra el inicio de esta intervención sobre la que considera una infraestructura emblemática y necesaria.

Desde la plataforma Salvar el Puente de Ortigosa se han mostrado contentos con el inicio de la obra, a pesar del retraso, ya que, recuerdan, iniciaron las movilizaciones en febrero de 2021. «Siempre nos ha preocupado que, a nuestro entender, la licitación de la obra salió con un precio muy ajustado y que la empresa que ganó dicha licitación lo hiciera con un presupuesto que tiró a la baja en casi un 18% el pasado mes de abril, en un momento en el que los precios de la energía, las materias primas y los bienes de consumo ya estaban disparados», ha manifestado María Malo, portavoz de Salvar el Puente de Ortigosa. Y es que desde la plataforma temen que haya un aumento de costes a posteriori que resulte inasumible para el Consistorio ortigosano, a pesar de que en diciembre de 2021 la Administración local y el Gobierno de La Rioja firmaron un convenio por el cual el segundo sufragará el 90% de la obra, mediante las partidas de emergencia y el Plan de Obras y Servicios Locales, así como su dirección. «Confiamos en el compromiso que la presidenta Concha Andreu y su equipo adquirieron con nosotros, por el que, si el aumento de obra era significativo, este sería asumido por el Gobierno de La Rioja», subraya María Malo.

El viaducto San Martín fue construido entre 1923 y 1924 para unir los barrios de Ortigosa San Martín y San Miguel y se alzó sobre una altura de 60 metros y una longitud de 97 metros sobre el barranco del río Albercos, con un único arco y con hormigón armado, que propicia su singularidad. Actualmente es el puente de hormigón armado de mayor luz de España y está declarado Bien de Interés Cultural, si bien un informe técnico expuso que presentaba una «estructura con patologías que comprometen la seguridad» puesto que «ha superado su vida útil y se encuentra en un estado de vida residual».