El próximo jueves, 26 de diciembre, se inaugurará el nuevo ayuntamiento de Murillo de Río Leza. Será una apertura institucional, para la visita de autoridades, pero, en la práctica, los servicios municipales no se empezarán a trasladar allí hasta enero. La obra de rehabilitación y ... adecuación del edificio del número 8 de la calle Marciano García, las antiguas escuelas construidas en 1955 en memoria de doña Josefa Heredia y Terroba, cuya licitación quedó desierta dos veces en 2022, fue finalmente adjudicada directamente en 2023 a Ocisa por 630.424,99 euros.
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La casa, de propiedad municipal, se encontraba en desuso después de haber albergado durante décadas el colegio, la biblioteca, la ludoteca y la guardería. Ahora, el nuevo y moderno consistorio no solo contará con el servicio municipal administrativo, también con el Juzgado de Paz y los Servicios Sociales. «El nuevo ayuntamiento, principalmente, va a dar accesibilidad, ganas de venir, lo que supone una mejora de cara a los vecinos bastante importante. Acudir a un lugar totalmente accesible da gusto», valora el alcalde de Murillo de Río Leza, Sergio Chicote.
Y es que el antiguo consistorio de la calle Mayor, aún en funcionamiento, se encuentra en una primera planta sin ascensor, por lo que no era extraño, tal y como reconoce el secretario municipal, tener que bajar un documentos al portal para que lo firmara un vecino con movilidad reducida ante la imposibilidad de que este ascendiera. «Aquí tendremos los mismos servicios, pero mejor organizados. Por ejemplo, Servicios Sociales tendrá un espacio independiente y totalmente accesible, en planta baja, igual que el Juzgado», detalla el alcalde. También recuerda que el salón cultural, situado en la segunda planta del consistorio murillense, está prácticamente en desuso, precisamente, por la dificultad de acceso. En el nuevo ayuntamiento, el moderno salón de plenos se localiza en la primera planta, pero el edificio cuenta con ascensor.
Eso sí, el personal municipal no se amplía. De momento, continuará con los empleados públicos propios, más los dos de la mancomunidad de Servicios Sociales. Pero tal vez, lo más positivo haya sido recuperar un edificio histórico, como eran las viejas escuelas, cuya placa original de 1955 se ha conservado. «Tenemos un problema con los edificios antiguos: o los usas o acaban en ruina. Este era una pena porque es céntrico y le habíamos dado muchos usos, y así lo hemos aprovechado», subraya Chicote. Y el viejo ayuntamiento no quedará en desuso, se ha proyectado un centro intergeneracional con comedor social y lavandería «donde los mayores puedan disfrutar de su tiempo como se merecen».
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