Un cohete pasado por agua a demanda abre las fiestas de Arnedillo

Minutos antes de las 12.00 del mediodía, la habitualmente tranquila plaza del Ayuntamiento se llenó de algarabía. Decenas de niños disfrutaban cazando al vuelo el reparto de golosinas que lanzaban varios concejales desde el balcón consistorial. Esa felicidad y la animada música fueron caldeando el ambiente en la cuenta atrás hacia el reloj.

Con las campanas de la iglesia parroquial de San Servando y San Germán repicando puntuales, saludó el alcalde, Pedro A. Montalvo, a sus vecinos micro en mano. Pero fue breve. Solo deseó a todos unas felices fiestas y dio paso a las protagonistas del lanzamiento del cohete anunciador. Prendieron la mecha María Reyes Calvo, teniente de alcalde, y María Teresa Alegría Villar, ambas ediles de la comisión de Hacienda.

Tras el estallido, la charanga Wesyké irrumpió con sus sonidos festivos y encabezó un feliz pasacalles que, como es tradicional, estuvo pasado por agua: la que lanzaron vecinos con mangueras desde sus balcones, ventanas y bajos a los danzantes. Unos los rehuían y los más los buscaban; otros se zambullían en la lluvia... Al cabo del pasacalles por toda la villa, todo el mundo acabó calado.

La tarde siguió con los habituales campeonatos, fiesta de la espuma, verbenas.... Será el guion habitual que seguirán estas fiestas, que se extenderán hasta bien avanzada la noche del martes, en la que está previsto el Pobre de mí a eso de las 4.30 horas, cuando acabe la verbena. Antes, los arnedillenses y sus invitados celebrarán el lunes el día grande, con la misa en honor a la Virgen de las Nieves.