Casi cien años de historia que volverán a la vida

Han pasado casi tres años desde que el puente de Arenzana se derrumbara parcialmente al paso de un camión cisterna que transportaba truchas de la piscifactoría de Brieva de Cameros, para llevar a cabo repoblaciones piscícolas, que comunmente se realizan en época otoñal. El deterioro de la estructura, achacado al mal mantenimiento de la misma, provocó que, debido al peso del camión, la mitad del puente de Arenzana se venciera. Tres años después, parece que estamos más cerca de poder volver a caminar sobre él, pues las obras para su rehabilitación finalizarán, a priori, en el mes de diciembre.

Esta infraestructura ha formado parte de la identidad de los riojanos, en concreto de los vecinos de la comarca de Nájera, durante casi cien años. El puente de hierro de Arenzana, construido sobre el río Najerilla, se inauguró de forma oficial en el año 1925. En aquel entonces era una pieza más de la antigua carretera que conducía desde Nájera hacia el valle del Cárdenas, Baños de Río Tobía y la Sierra Riojana. Allá por el año 1953 se realizó un ensanche del puente, y unos años después, en 1993, con la apertura de la variante de la carretera LR-113, el puente de Arenzana quedó obsoleto y con el tiempo se descuidó su mantenimiento, lo que llevó a su hundimiento parcial el pasado 2020.

Estos hechos ocurrían el 26 de octubre del 2020, y 1.086 días después, las obras de rehabilitación de la estructura avanzan de forma favorable, y está previsto que finalicen en diciembre de este año. Estos trabajos comenzaron en noviembre del 2022, e inicialmente contaban con un plazo de ejecución de seis meses, pero tras constatarse que los defectos observados en un principio contaban con un alcance mayor, hubo que modificar el proyecto inicial, ampliándose así el plazo de ejecución de las obras.

Como se informó desde el Gobierno de La Rioja, esta modificación del proyecto ha supuesto un aumento presupuestario del 14,95%, pasando así de los de 435.174,78 euros iniciales a los 500.233,42 euros actuales. Entre los nuevos desperfectos se observó «que los rodillos sobre los que se apoya el puente no conservaban su forma cilíndrica y que las bandejas estaban dañadas por la corrosión» además de «que se había producido una disgregación de la cuerda inferior de la celosía, y de los elementos que confluyen en ella, sufriendo ésta una pérdida real de la capacidad portante».

Durante la mañana de este martes, el consejero de Infraestructuras, Daniel Osés; la directora general de Infraestructuras, Gema Álvarez; y el alcalde de Arenzana de Abajo, Julio Francia, visitaron estas obras de rehabilitación. Osés destacó el gran «valor patrimonial y paisajístico» del puente de Arenzana, no solamente para la localidad, sino «para toda La Rioja», y quiso hacer hincapié en que una vez finalicen las obras, «se va a revitalizar la zona y el entorno, y se podrá poner en valor un puente que tiene casi un siglo de historia desde su construcción». Con ello, quiso resaltar también el «el compromiso del Gobierno de La Rioja con los municipios y su patrimonio».

En concreto, los trabajos se están centrando en restaurar el vano metálico que quedó en pie, así como el resto de los elementos del puente, estribos y pila. Está previsto que, a finales de este año, el puente de Arenzana se vuelva a abrir a caminantes y ciclistas, que tendrán la suerte de poder volver a poner sus pies sobre los casi cien años de historia de esta estructura.

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