Pilar García, Irene Maza y Vivi Sáez son las primeras mujeres que han bailado en las danzas tradicionales de la Virgen del Carmen en Ortigosa de Cameros. Este hecho ocurrió de forma natural, sin polémica alguna, el pasado martes. «Son un ejemplo de la superación ... y del esfuerzo y de las mujeres de Ortigosa», destaca Víctor Martínez, alcalde de la localidad.
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«Cuenta la leyenda que en 1652 la peste mató a muchos aragoneses y riojanos. Los ortigosanos vieron el problema muy de cerca, pues uno de los pueblos que sufrieron este calvario fue Anguiano. Como Ortigosa ya tenía una cofradía de Nuestra Señora la Virgen del Carmen desde 1620, se hizo voto de procesionar con su imagen todos los años si la enfermedad no entraba en la villa», señala la periodista ortigosana María Malo, recordando, eso sí, que se tardó 30 años en declarar día festivo local el 16 de julio. «Es curioso que sea la patrona de los marineros y lo más parecido que tengamos al mar sea el pantano», bromea María Malo.
El pasacalles y la danza de Ortigosa la protagonizan ocho danzadores y un 'zurrimoscas', este vestido de forma estrafalaria. «Su figura siempre ha sido la de supervisar la danza y evitar que el público interrumpa a los danzadores, por eso se mueve entre ellos y va danzando a un ritmo distinto», explica Malo. Además del pasacalles, en la plaza del pueblo se danzan varias figuras centenarias con nombres curiosos como 'El Verde', 'El Corto', 'El Tres', 'Los carlistas' y 'El árbol', las últimas con palos y cintas.
Pilar García, una de las nuevas danzadoras, ortigosana de 32 años, considera que el hecho de que las mujeres bailen en Ortigosa ni siquiera ha sido tabú, al menos entre la juventud del pueblo. «Yo he sentido el apoyo de todos los ortigosanos y agradezco a Lucas Moreno, el danzador que me dio su traje el año pasado, que tuviera el valor de romper con esa tradición impostada de darle siempre el traje a otro hombre. Y me ha hecho ilusión que me vea danzar con su traje», declara abiertamente Pilar García, quien también destaca que el resto de danzadores ni lo cuestionaron. «En otros tiempos no hubiera sido posible», reconoce Pilar, quien recuerda que su tío, Modesto García, también fue danzador y zurrimoscas.
«Mis primos María (Malo), Andrés García (actual zurrimoscas), Mario y yo danzábamos con 7 y 8 años en el grupo de niños. Andrés y Mario fueron danzadores cuando se hicieron mayores y nosotras no podíamos aspirar a ello, pero nunca he bajado los brazos», advierte Pilar. Ella siempre ha ensayado e incluso ha sustituido a algún danzador que no podía hacerlo algún día, por lo que conocía bien las danzas. Por tanto, debutar oficialmente ha sido algo lógico. «Ha sido un día muy importante para mí, cargado de emoción contenida y, sobre todo, de mucha alegría. Estoy muy satisfecha por haber aportado mi granito de arena junto con mis compañeras», confiesa Pilar, consciente de que no es habitual acceder a ser bailadora a su edad, sino mucho más temprano. Y es que la orografía de Ortigosa es complicada, hay muchas rampas y pendientes, calles empedradas de piso irregular, así que hay que estar en buena forma. «He dejado de fumar, he hecho ejercicio y he entrenado para hacerlo lo mejor posible. Han sido unos meses de sacrificios personales importantes y ha merecido mucho la pena», subraya Pilar tras el acontecimiento. Y es que Pilar, Irene y Vivi han hecho historia en el folclore de Ortigosa.
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En contraposición, en La Rioja se encuentra el caso de Cervera, municipio en el que desde hace varios años la Asociación Gaita Mixta reivindica la incorporación de las mujeres a la danza tradicional de la Gaita, en la que participan varones solteros.
Además de los dos grupos de danzas vinculados a las cofradías de Santa Ana, cuyas fiestas se celebran en el mes de julio, y San Gil Abad (finales de agosto y principios de septiembre), baila en las calles la Gaita Mixta, formada mayoritariamente por mujeres.
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Mientras que las chicas reivindican su derecho a danzar en las agrupaciones oficiales con los chicos y piden igualdad, en las cofradías el año pasado elaboraron unos estatutos y, posteriormente, un reglamento para la danza (aprobados en ambos casos por una amplia mayoría tanto para Santa Ana como para San Gil) en el que indican que se defenderá el valor etnográfico del baile tal y como ha llegado hasta la fecha, con danzantes masculinos y sin alteraciones como una Gaita Mixta o solo de mujeres.
Las jóvenes comenzaron el 12 de julio los ensayos para bailar en las celebraciones de Santa Ana durante la próxima semana, el 22 de junio participaron en las Jornadas de la Danza de Anguiano (también las gaitas de las cofradías), en 2024 han publicado el cuento infantil 'Ana, Gil y la Gaita de Cervera' y este domingo acudirán a Elizondo.
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«Este año planteamos las fiestas con muchas ganas. Se han sumado a nuestro grupo de baile nueve novatas y eso para nosotras es un subidón. Nos hace sentir que nuestra Gaita camina hacia adelante y cada vez con más fuerza, pues la generaciones más jóvenes están tan convencidas como nosotras de que tenemos que formar parte de las tradiciones de Cervera», asegura Irene Morales, integrante de la Gaita Mixta.
Asimismo, comenta que «este año hemos hablado con el alcalde para que nuestras novatas formen parte, por primera vez, de los actos oficiales del Ayuntamiento, como la puesta del pañuelo durante el chupinazo. Así que tenemos mucha ilusión de seguir demostrando, como cada año, que nuestra Gaita avanza. Avanza, crece y es de más personas».
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