El camping de Castañares deberá desalojar cien parcelas por estar ubicadas en zona inundable

La CHE decidió en agosto no legalizar, a los efectos de la protección del dominio público hidráulico y del régimen de las corrientes, la actuación solicitada por Camping de La Rioja, consistente en la ocupación de la plataforma inferior del recinto, situada en zona de policía de la margen derecha del Oja. «Las instalaciones se sitúan parcialmente en zona de flujo preferente y en su totalidad en zona inundable de este río, siendo actividades incompatibles para esta zona», argumentó. Junto a ello requirió la retirada de esa zona de todas las caravanas e instalaciones de pernocta.

Algunos de los usuarios afirman que están «desesperados» y denuncian que se les aboca a abandonar el camping, «sin darnos ninguna solución, deprisa y corriendo». También indican que algunos «van a tener que malvender sus caravanas y módulos», o que quieren reubicarles en un espacio muy pequeño. «No tenemos información», denuncian, a la vez que piden soluciones, sin descartar la judicialización del asunto.

Una de las afectadas explica que «no nos informaron correctamente de que nos estaban asentando las viviendas en zona inundable. Ahora se ejecuta esa sentencia y no solo nos desalojan, sino que la dirección no nos informa de los pasos que van a dar, habiendo mucha inversión por parte de todos».

Durante este pasado 'puente' festivo han mantenido reuniones entre ellos para tratar este asunto.

El 24 de septiembre, Camping de La Rioja comunicó por escrito a los usuarios afectados la imposibilidad de renovar la relación contractual, debido al requerimiento administrativo.

Paula Arizmendi, que se hizo cargo de la gestión del camping y de este problema en el año 2016, afirma que «nos vemos obligados a cumplir el requerimiento de la CHE. Pese a los importantes esfuerzos realizados para tratar de solventar la situación, desgraciadamente no ha sido posible obtener el resultado que deseábamos, muy a nuestro pesar», dice.

Sobre el abandono del camping por parte de los afectados afirma que «paulatinamente tendrán que ir desalojando» y que «a partir del 1 de enero de 2022 ya no podrán pernoctar», aunque se les ha dicho que no es necesario que saquen sus alojamientos antes. También asegura que «el camping va a hacer todo lo posible por reubicar a algunas familias, ya que todas no es posible, porque no contamos con suficiente espacio». La empresa habla de una reestructuración de las parcelas y pide «paciencia» a los clientes «para no tomar decisiones precipitadas que puedan afectar al devenir del camping para años futuros».

Para el 20 de este mes ha convocado una junta general extraordinaria en la que se tratará el expediente de regularización seguido ante la CHE y acuerdos sobre adquisición y urbanización de terrenos para ampliar el camping, así como de los préstamos y ayudas necesarias, para posibilitar la ocupación de los campistas que lo deseen.

La situación se remonta a febrero de 1981, cuando la empresa Camping de La Rioja solicitó a la CHE autorización para la instalación de un camping en Castañares de Rioja, en la margen derecha del río Oja. El organismo dio autorización en diciembre de ese año, si bien hizo constar que la parte de la plataforma inferior colindante con el río Oja debía destinarse a zona recreativa, dada su inundabilidad.

Desde entonces, el camping ha intentado evitar los posibles efectos en sus instalaciones de una avenida mediante diversas obras y tratado de legalizar la situación, sin éxito.

La CHE ya le requirió en el año 2013 la retirada de todas las caravanas instaladas en dicha plataforma. El 26 de abril del año en curso, su Área de Control del Dominio Público Hidráulico emitió un informe técnico contrario a legalizar las actuaciones propuestas, lo que motivó alegaciones por parte de la empresa propietaria del camping, que se saldaron con igual respuesta por la citada área.

Así las cosas, el 23 de agosto, el comisario de Aguas de la CHE resolvió no autorizar la actuación solicitada y reiteró que debían retirarse todas las caravanas y cualquier otra instalación de pernocta instaladas en la plataforma inferior, para lo cual daba plazos. No obstante, indicó que serían susceptibles de ser informados favorablemente y autorizados otros usos (zonas deportivas o recreativas) con instalaciones que no supongan un obstáculo a las corrientes en régimen de avenidas.