Camilo Medina no se lo pensó dos veces. En el segundo piso de un bloque de viviendas en la calle Padre Lucas, junto al locutorio ... que regentan sus padres, una señora de avanzada edad permanecía encaramada a un balcón con riesgo de precipitarse. A Camilo, de 24 años, solo se le pasó un pensamiento por la cabeza: trepar como fuese por la fachada del edificio para salvar a la señora. Las imágenes que pudieron grabar los vecinos hablan por sí solas de la valentía que demostró el muchacho.
«Me encontraba en la tienda con mi madre, cuando entró mi padre diciendo que una señora estaba a punto de caerse por la ventana», relataba una hora después de lo sucedido y todavía «nervioso» por la hazaña. «Lo primero que hicimos fue retirar todo lo que teníamos en la terraza del locutorio y mi padre puso su furgoneta por lo que pudiera pasar...», continuaba explicando a pocos metros de la vivienda de la anciana, natural de Rumanía, a la que había salvado la vida.
Lo que sucedió después se desarrolló en apenas unos minutos. «Sin pensármelo cogí la escalera de la tienda, subí al primer balcón y seguí escalando para arriba como pude», cuenta a la vez que aprovecha para «hacer un llamamiento al cuidado de la salud de nuestros mayores y más en este tiempo».
«Cuando llegué a ella, estaba muy nerviosa y me acordé de que este invierno nos comentó que tenía párkinson», explica. La señora, según el relato de Camilo, se encontraba en ese momento sola en el domicilio, aunque vive con familiares. Además del párkinson, «creo que tiene algo de demencia y puede que tuviese algún brote o alteración», suponía ayer.
El suceso ocurría sobre las 17.00 horas. Poco después de que Camilo salvase a la anciana llegaban al lugar efectivos de la Guardia Civil, la Policía Local y una ambulancia, que trasladó a la mujer, de unos 80 años de edad, a los servicios de urgencias.
Vídeo. El momento en el que Camilo rescata a la mujer.
La madre de Camilo, Gloria, también presenció la escena con muchísimo nerviosismo. «Cuando Camilo llegó al balcón y la pudo coger, la sentó y le dio un vaso de agua y se dio cuenta de que tenía un pequeño golpe en la cabeza», añadía al relato de su hijo desde el locutorio.
«¿Ha visto el vídeo?», preguntaba la madre mientras volvía a contar lo sucedido a algunas de las personas que a última hora de la tarde permanecían en el establecimiento. Ella, evidentemente, tembló también por lo que pudiera pasarle a su hijo.
«Fue horrible. Si te digo la verdad yo todavía me encuentro en estado de shock», confesaba. Y es que el miedo que sentía era doble: «Por un lado, estaba asustada por si la señora se caía y, por otro lado, me asustaba que mi hijo también se pudiera caer». Afortunadamente todo quedó en tremendo susto y una tanda de aplausos de los vecinos para Camilo, que aunque su acción fue heroica, él no quiere méritos. De hecho, ayer prefirió no fotografiarse para esta información.
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