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A pesar de que el pasado mes de octubre la Guardia Civil lograba detener a los autores de una oleada de robos en edificios religiosos de Calahorra (en el convento del Carmen y las parroquias de San Andrés y Los Santos Mártires), las entradas furtivas a los templos de la Diócesis riojana han vuelto a sucederse. De hecho, el pasado martes por la noche la Guardia Civil pudo interceptar 'in situ' a una persona que había entrado a la catedral para presumiblemente perpetrar alguna sustracción.
Los hechos ocurrieron sobre la una de la madrugada, cuando el detenido accedió al templo por una puerta lateral a la que precede una valla. Una vez en el interior saltaron las alarmas del sistema de vigilancia y se puso en alerta a la Guardia Civil. En el lugar, la patrulla desplazada encontró al individuo detenido en la sacristía de la capilla de los Santos Mártires, cuya cerradura presentaba también daños.
«El sistema me avisó a mí, pero como no tenía el teléfono en la mesilla no lo oí y no me he enterado hasta que me ha llamado la Guardia Civil a las ocho de la mañana», relataba ayer el canónigo archivero de la catedral, Ángel Ortega, después de que agentes de la Policía Judicial se acercasen por la mañana a la catedral para visionar las cámaras.
«Como no me encontraba bien porque estoy con la gripe me fui pronto a la cama y los de la alarma, al ver que no contestaba, llamaron a la Guardia Civil», precisaba. «Entonces ellos entraron y lo pillaron», terminaba de relatar el sacerdote, que no echaba en falta nada del templo. De todos modos, su mayor preocupación al conocer los hechos fue el estado de las urnas con las reliquias de los patronos de Calahorra, San Emeterio y San Celedonio, que se encuentran expuestas en el altar mayor. «Las he mirado por delante y por detrás», decía aliviado.
Pero el intento de robo de este martes no ha sido el único que se ha producido en iglesias de la ciudad en los últimos días, ya que la semana pasada San Andrés volvió a ser objeto de otro suceso similar. Según confirmó ayer la Diócesis de Calahorra y La Calzada, la Guardia Civil investiga si la persona detenida en la catedral puede ser la misma que la que accedió furtivamente a San Andrés.
En esta iglesia entraron forzando la cerradura durante dos noches casi consecutivas sin llegar a llevarse nada. Lo mismo sucedió el pasado mes de octubre cuando un individuo rompió una vidriera de la bóveda para entrar y desde la cornisa se descolgó por un cable eléctrico. Finalmente, no se apropió de ningún objeto. Curiosamente, al día siguiente el párroco sorprendía a una pareja en la sacristía, a quienes dejó encerrados en la iglesia hasta la llegada de la Guardia Civil.
En esas mismas fechas se registraron robos y destrozos en el santuario del Carmen y en la parroquia de los Santos Mártires, que llegó a cerrar las puertas de acceso en la franja de primera hora de la tarde (en la que hay una menor afluencia de público), como medida preventiva. Por otra parte, en el santuario del Carmen se colocaron entonces cámaras de seguridad. Tras esta oleada de robos la Guardia Civil puso en marcha la operación 'Pico y pala', que se saldó con la detención de un hombre y una mujer, que acumulaban 128 delitos.
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