Sus pequeñas señorías

Algunos, nerviosos, no podían evitar balancear las piernas. Era la primera vez que se sentaban en esos sillones tan altos, de terciopelo rojo y madera, desde los que los concejales hablan en los plenos, como les había dicho la alcaldesa de Calahorra, Mónica Arceiz. Pero esta vez eran ellos quienes los ocupaban y se sentían tan importantes y escuchados como los adultos.

Un total de 42 escolares de 4º y 5ª de Educación Primaria de todos los colegios de la ciudad (Quintiliano, Aurelio Prudencio, Ángel Oliván, San Andrés, Teresianas, Milagrosa y Agustinos) fueron este martes concejales y concejalas por un día con motivo del 45 aniversario de la Constitución. Las banderas institucionales, las sillas y hasta la secretaria municipal se trasladaron al escenario del teatro Ideal, presidido por una fotografía de la familia real («tiene que estar la foto del rey, pero como es un pleno infantil hemos puesto una en la que sale la infanta», aclaró Arceiz), para conformar el salón de plenos de la Casa Consistorial.

A los pequeños Jorge Antoñanzas y Félix Morla les tocó empuñar la vara de Alcalde, que en Viernes Santo se entrega a la virgen Dolorosa «como una tradición que inició el exalcalde Javier Pagola», recordó como curiosidad la regidora. Arceiz les habló de los símbolos: la bandera, el escudo y «¿cuál es el tercero?», preguntó a los compañeros de la corporación infantil que seguían el acto desde la butacas del teatro. «El himno», respondía rápidamente uno de ellos.

La sesión contó con representación parlamentaria. Así, la presidenta y la vicepresidenta del Parlamento de La Rioja, Marta Fernández y María Teresa Antoñanzas, respectivamente, participaron en el acto explicando la importancia de la Constitución, Los concejales y concejalas infantiles dieron lectura después a 24 artículos delante de dos de exalcaldes de la Democracia en ciudad, Javier Pagola y Ernesto Sáenz Enciso y una exalcaldesa, María Antonia San Felipe. A ellos fueron dirigidas las cuestiones del turno de ruego y preguntas. «¿Volverías a ser alcalde?», les interpeló una de las niñas. «Yo me quedé con un buen sabor de boca, aunque al principio no quería», confesaba Sáenz Enciso. Javier Pagola aprovechó para sacar pecho por sus mayorías al afirmar que «he sido feliz como alcalde». San Felipe, quien tuvo que lidiar con una clase política dominada por los hombres, revelaba que «nunca quise ser alcaldesa», pero «estábamos en plena Transición y me pareció hermoso». «A veces vemos la cara amable, pero es duro», afirmó.

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