Los atardeceres veraniegos son momentos ideales para practicar la pesca para unos amigos que acuden al río Ebro, a su paso por Calahorra. El grupo está formado por adultos y niños y hace unos días se encontraron con una sorpresa de gran tamaño al extraer ... de las aguas un siluro de 1,65 metros de longitud y 45 kilos de peso.
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Sergio Ataun con su padre Juan Luis y Javier Peñalva con su padre David son pescadores habituales y conocedores de la existencia de ejemplares enormes de este pez en las aguas riojanas, navarras y aragonesas pero no imaginaban que podrían encontrarse con uno así en la zona de Calahorra.
En los últimos años han sido varias las noticias aparecidas sobre siluros que medían entre 1,80 y 2 metros. En el 2016 un aficionado sacó del Ebro uno de 1,87 y 70 kilos. En el 2017 un logroñés capturó otro de 1,80 y unos 90 kilos y recientemente en Lodosa (Navarra) se certificó otro de casi dos metros y 100 kilos de peso. En el 2013 Diario LA RIOJA ya publicó el caso de expertos pescadores de siluros de Ezcaray que acudían a tierras aragonesas.
Este pez está considerado una especie invasora que arrasa con la fauna autóctona, resulta un predador muy voraz y agresivo. Aficionados extranjeros lo introdujeron en el Ebro, en Aragón, en 1974 en el embalse de Mequinenza, y desde entonces se ha expandido río arriba.
Precisamente en lugares como Mequinenza se ha convertido en un reclamo y una fuente de ingresos ya que acuden a sus embalses pescadores no sólo españoles, también de diferentes países. Allí se han llegado a capturar siluros que superan los 2,5 metros y los 100 kilos.
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Este pez es originario de los ríos de Europa del Este, Asia central y Asia menor, resiste a la contaminación y la baja oxigenación del agua. En La Rioja se detectó su presencia en el 2003 y, según indica el Gobierno de La Rioja en su listado de especies invasoras, aquí se puede hallar entre San Vicente de la Sonsierra y Alfaro, aunque más abundantemente en las aguas por debajo de Logroño.
Sergio, Javier, Juan Luis y David son los protagonistas de esta última captura. Unos veinte minutos tardaron desde que picó en el anzuelo hasta que pudieron sacarlo a la orilla. En Calahorra se desconocía la presencia de ejemplares tan grandes, comentan. Normalmente pescan carpas y siluros pero más pequeños aunque este año ya habían logrado varios de entre 1,10 y 1,30 metros. Lo más difícil, según indican, es que no se parta el anzuelo ni el hilo (utilizan uno trenzado, que aguanta más).
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