Las Jornadas de la Verdura, para los de casa

Pero el aumento de casos de COVID-19 en la ciudad provocó la decisión del Gobierno de La Rioja de incluir a Calahorra en el nivel 5 desde el viernes, lo que supuso un drástico cambio en el programa. Así, el Ayuntamiento anunció la eliminación de los tres conciertos previstos, los talleres, las visitas guiadas a los cultivos y a la catedral y el mercado hortofrutícola de la calle Grande y Plaza del Raso.

Sí se ha mantenido la exposicón de tocados 'Sintiendo elementos' en la Fundación Caja Rioja, que finalizó este sábado, con diseños de estudiantes del centro de Formación Profesional La Planilla en los que utilizaron como base la verdura de la huerta local.

El cierre obligatorio de los establecimientos no esenciales a las 17.00 horas ha supuesto, además, otro mazazo para los hosteleros y comerciantes que participan en las jornadas que se une al del confinamiento perimetral de la ciudad, que hace que las elaboraciones culinarias que ofrecen bares y restaurantes en su ruta de pinchos y menús especiales se queden solo para los de casa, para los calagurritanos.

Las barras están llenas de pinchos suculentos que los clientes degustan en mesas de hasta cuatro personas. El tiempo (que se anunció lluvioso) está acompañando a esta celebración culinaria y los hosteleros confían en el apoyo de los vecinos para salvar en parte esta convocatoria ahora que no pueden recibir visitantes de otras ciudades y regiones, como en ediciones anteriores.

Todos intentan aprovechar el empujón del fin de semana, aunque algunos dan por perdido el mes y han tenido que reorganizarse para dar salida al producto fresco que habían adquirido con antelación para estos días.

Julia Navarro es la secretaria de la Asociación de Hostelería de Calahorra y directora del Parador Nacional.

- ¿Cómo afecta esta situación?

- El año pasado, asumimos la no celebración de las Jornadas, pero esta vez confiábamos en la asistencia de riojanos que aún no conocen el evento. Había bastantes reservas en los restaurantes que se han cancelado. En nuestro caso, en el área de alojamiento, también se han notado las anulaciones.

- ¿Cómo se han adaptado?

- El jueves, cuando comenzaron las medidas, teníamos la materia prima comprada. La mayoría de los productos son perecederos, porque estas jornadas se basan en el disfrute de la verdura de temporada cogida en el campo y cocinada al momento. Todos hemos tenido que acortar las provisiones, anular pedidos o reutilizarlos para otras propuestas.

- ¿Ha sido un golpe duro?

-Si al final los calagurritanos nos echamos a la calle y vamos a degustar los pinchos, algo se puede hacer. En los restaurantes se ha notado mucho. Anímicamente no estamos en la mejor situación por lo que vamos arrastrando y la economía cada vez se resiente más.

- ¿Tiene algún mensaje?

- En el sector intentamos ser optimistas, hay que seguir y luchamos cada día por mantenernos. Estamos a punto de salir de esta pandemia y no podemos permitirnos dar pasos atrás.