Holika llena los hoteles de Calahorra y recurre a Logroño

Una habitación para el primer fin de semana de julio? Difícil, por no decir imposible, resulta a estas alturas conseguir un alojamiento en Calahorra entre el 30 de junio y el 2 de julio. El festival Holika, que traerá a la ciudad a más de un centenar de artistas en esas fechas para su primera edición en tierras riojanas, se deja notar ya en el sector hotelero de la ciudad y del entorno. «Tenemos todo completo para montadores y para músicos», señala Alberto Castellá, gerente del Hostal de Gala, donde se alojará una pequeña parte de los 700 trabajadores que la empresa Burcor Producciones ha contratado para el montaje y organización del festival.

El teléfono del hostal, con 14 habitaciones, lleva desde el mes de febrero sonando con solicitudes de alojamiento para el público que acudirá al festival. «Ha habido bastante demanda y tenemos una lista de espera de entre diez y quince personas», dice su responsable.

También en la Pensión Teresa, con nueve habitaciones, han tenido que hacer una lista de espera. «Desde el mes de diciembre estamos a tope y tenemos una lista de veinte personas a las que llamar por su falla alguna», comenta su propietaria, María del Carmen Carmona. Sus huéspedes para estas fechas son «todo jóvenes que vienen al festival y alguna madre que viene con su hija».

El Hotel Zénit, a pie de carretera en la N-232, cuelga igualmente el cartel de completo. Allí hay disponibles 26 habitaciones que utilizarán personal de la productora. «Están todas reservadas desde la primera vez que se anunció (en el año 2019 antes de la pandemia)», apunta el gerente del hotel, Alejandro Merchand, quien confía en que el festival se repita en «próximas ocasiones, por la buena acogida que tiene».

Y es que las cifras de venta de entradas hablan por sí solas. De momento y a falta de algo más de un mes para la celebración del evento, la organización estima que cerca de 50.000 jóvenes, casi el doble de la población de Calahorra, disfrute de la música del Holika. «Hay muchas ganas y se palpa por la cantidad de 'cariño' que estamos recibiendo», valora Mario Cornago, director de Burcor.

«La repercusión (para la hostelería y hoteles) va a ser muy importante», opina la directora del Parador de Calahorra, Julia Navarro, donde este año la organización no ha podido reservar habitaciones, ya que «para esas fechas ya teníamos cogidas para otros eventos», precisa. De todos modos, «para el año que viene «ya nos han reservado habitaciones», avanza.

«Ese fin de semana estamos llenos», repite también Merche Virto desde el Hotel Ciudad de Calahorra. «Hace tres meses que se llenaron con personas de la organización y de gente joven que viene a los conciertos», dice.

La capacidad hotelera de Calahorra resulta evidentemente insuficiente para acoger tanto al personal como al público de un festival de estas dimensiones. De ahí que la productora haya tenido que «tirar de Logroño» –indica Mario Cornago– u otros hoteles de zonas limítrofes. «En Logroño hemos reservado hoteles enteros, como el 'Áurea' o 'Eurostar', y también tenemos reservado el Villa Castejón (Navarra)», detalla.

El alojamiento de los equipos de organización y artistas queda garantizado con la oferta de Calahorra y localidades próximas, pero para la acogida de los jóvenes, que llegarán de todos los puntos de España, se cuenta con dos zonas de acampada. Una de ellas se ubicará en el entorno del albergue juvenil del parque Cidacos y la otra junto al estanque. En la primera los jóvenes instalarán sus tiendas, mientras que los usuarios de la segunda, 'glamping', dispondrán de tiendas más sofisticadas y que se encontrarán ya montadas. «El camping contará con duchas, taquillas, seguridad privada...», adelanta Cornago sobre la zona de descanso de un festival que empieza a tomar forma.

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