Forbes no solo tiene un listado de grandes fortunas. La revista especializada en el mundo de los negocios busca también a las personas más creativas ... de España. Y ahí es donde, para sorpresa de sus fundadores, aparece este año Nagami. Una empresa de impresión de mobiliario de diseño en 3D, que en el año 2016 fundó en Ávila el joven empresario calagurritano Ignacio Viguera junto a los hermanos Manuel y Miguel Ángel Jiménez.
– Los tres fundadores de la empresa son arquitectos y a la vez han conseguido desarrollar una tecnología en impresión 3D para piezas de gran tamaño. ¿Cómo funciona?
– Hemos conseguido desarrollar una tecnología de impresión en 3D aumentando la escala. Es decir, si en las impresoras de 3D de escritorio, que ahora con la pandemia han tenido el 'boom' por la fabricación de pantallas, el extrusor (la parte de la máquina que calienta el plástico y lo va depositando) puede entrar en la palma de una mano y pesar 100 gramos, nuestro extrusor mide más de un metro y pesa más de 50 kilos. Esta pieza la apoyamos en un brazo robotizado, con el que la movemos. En 2015, cuando empezamos, lo primero que hicimos fue desarrollar el extrusor, ya que no existía en el mercado. Y en paralelo desarrollamos el software con el que controlamos el brazo robotizado.
«Exportamos el 95%. Ahora estamos trabajando en un pabellón de oficinas en Rotterdam»«Nos han llamado para diseños de Zaha Hadid o Ross Lovegrove»
– En 2017 viajaron a París para exponer en el Centro Pompidou una silla de diseño (VoxelChair v1.0) fabricada en 3D sin soporte. ¿Qué supuso para la empresa?
– Allí dimos un paso más allá e imprimimos en el aire, y eso fue el empujón que nos dio para seguir evolucionando. Después hicimos la presentación de Nagami, como marca de mobiliario, en la Feria del Mueble de Milán. Tuvo mucha repercusión por la apuesta que hacíamos del uso de la tecnología en una industria cerrada a la fabricación de muebles de manera artesanal o con moldes. Ahí llamamos la atención de diseñadores de distintos estudios de arquitectura, que nos obligaron a empezar a trabajar con proyectos a medida.
– De hecho, hay varios estudios internacionales de diseño que se han fijado en su tecnología.
– Nuestra idea era preparar una especie de catálogo de mobiliario, y aunque lo hemos hecho en paralelo, han requerido de nuestro trabajo para diseños de Zaha Hadid Architects o Ross Lovegrove. Hasta el punto de poder hacer un proyecto para China el año pasado, con piezas de varios metros. Entre ellas, una escultura de 3,6 metros de altura y 200 kilos. Ahí dimos un salto de escala más, porque estuvo impresa en 48 horas, cuando con una impresora de escritorio para hacer una figura del tamaño de una caja de zapatos se necesitan más de 24 horas.
– ¿Cómo fue verse de repente en la lista de los cien españoles más creativos de Forbes?
– Lo primero ha sido una sorpresa estar en esa lista y compartirla con empresas como Bizum y Glovo o los chefs José Andrés y Dabiz Muñoz. En segundo lugar, es un empujón al trabajo que estamos realizando. Sobre todo, porque parte de un trabajo de investigación, cuando por desgracia en este país no existe un apoyo desde donde tienen que apoyar. Lo que hemos conseguido hasta ahora es gracias a las familias que tenemos detrás que nos han apoyado en lo económico.
– ¿Cuál el principal mercado de las piezas que diseñan y fabrican?
– Hasta ahora exportamos un 95% del trabajo que realizamos. Estamos trabajando en una especie de pabellón, como si fuera una estructura abovedada de dos metros de largo por cuatro y medio ancho, para unas oficinas en Rotterdam.
– Han apostado además por la economía circular.
– Tenemos material virgen y tenemos material reciclado. Hace un año firmamos un contrato de colaboración con la organización Parley for the Oceans, principal distribuidor de plástico obtenido de los residuos de mares y océanos, lo que pone en valor esta tecnología dentro de la economía circular.
– En el peor momento de la pandemia también como empresa colaboraron en el fabricación de material de protección.
– Mandamos a los trabajadores a casa (11 empleados) y nos quedamos los tres socios fabricando pantallas antisalpicadura. Mandamos al Hospital de Calahorra, la residencia Los Manitos, al centro de salud de Arnedo...
– ¿Les ha afectado mucho la pandemia?
– En nuestro caso no nos ha afectado tanto, porque exportamos más del 90%. Sí que es verdad que se ralentizó todo un poco y el precio de las materias primas ha subido.
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