Diego Saiz | Escritor aficionado de Calahorra

«Escribir resulta muy interesante y terapéutico, me ha sorprendido»

Al clásico triángulo de sexo, drogas y rock and roll se unen dos nuevos componentes, el boxeo y el crimen, para dar lugar a un coctel explosivo protagonizado por un grupo de jóvenes con gustos musicales muy parejos pero formas de ser antagónicas. Así se presenta 'Los vengadores de Goliath', la primera novela de Diego Saiz, natural de Santo Domingo de La Calzada y residente en Calahorra.

– ¿Cuándo salió a la venta?

– Lo he publicado a través de Amazon, en formato digital a finales de diciembre y en papel un poco después. La autoedición es muy fácil y di con ello en un foro.

– ¿En qué momento tuvo la idea de escribir el libro?

– A mediados de 2023. Mi mujer, Garbiñe, preparaba oposiciones y aproveché el tiempo libre y que no podía tocar la guitarra eléctrica ni hacer ruidos. Estaba leyendo el libro 'Bocabesada' de Juan del Val. Nunca había escrito y me pareció que podía ser factible.

– ¿Cómo resultó la experiencia?

– Le diría a cualquiera que escribir resulta muy interesante, terapéutico. Sienta muy bien porque, si lo consigues, te abstraes hasta niveles que no imaginaba. Me ha sorprendido el resultado.

– ¿Por qué eligió esta temática?

–Está claro que tienes que tratar temas que conoces, por lo menos en mi caso, que lo hacía por primera vez. A partir de ahí surge la creatividad. Me gusta mucho la música, el rock, la ciudad de Bilbao (ahí transcurre la historia). Llevo dos años practicando boxeo, me encanta y lo recomiendo, y se me ocurrió escribir algo entorno a todo eso, pero sin guión establecido. Al principio escribí cosas que deseché y luego llegó la espontaneidad con situaciones que se entrelazan y me fueron saliendo. Sorprende lo que eres capaz de hacer.

– ¿Pensaba publicarlo?

– No pensaba ni acabarlo. Cuando vi que tenía una historia densa y con bastantes matices decidí publicarla. La clave fue dividir los capítulos y luego monté el puzzle, con añadidos donde la trama flaqueaba. Cada capítulo tiene el título de una canción. Ha sido muy divertido y enriquecedor, aunque la visibilidad es muy reducida. Ahora quiero presentarlo al concurso literario del Ateneo Riojano.