Emoción por partida doble en Calahorra

El Jueves Santo volvió a emocionar por partida doble a los calagurritanos y calagurritanas. La procesión del Encuentro, documentada ya desde el siglo XVI, hizo latir con fuerza al corazón de Calahorra en una de las citas más esperadas de su Semana Santa. El Cristo de Medinaceli, a hombros de 16 trabadores, y la Virgen Dolorosa, portada por 12 cofrades, se cruzaron de nuevo en la Glorieta de Quintiliano ante la respiración contenida de miles de personas. Los tambores y las cornetas de la Vera Cruz ponían la banda sonora a ese mágico acercamiento, tras el cual ambos pasos desfilaron juntos hasta el templo de San Francisco.

Hoy viernes las dos tallas se podrán ver de nuevo en la calle, junto a las otras catorce de la Vera Cruz, en la procesión del Santo Entierro (20.30 horas).

Ya con la noche cerrada, la Pasión se contemplaba a través de gestos y palabras. Escenas vivas de la muerte y resurrección de Jesucristo, que el Grupo Paso Viviente volvió a regalar en la avenida de Valvanera. Fernando Carramiñana, una vez más, se puso en la piel de Cristo, en una escenificación abarrotada de público en cada una de las quince escenas que conforman el relato.

Desde la entrada de Jesús en Jerusalén, a lomos de la borriquilla, hasta la crucifixión y resurrección se fue construyendo una historia para sentirla y conocerla a través de las emociones, como la de Pedro cuando se sorprende negando ser discípulo del hijo de Dios. O a través del remordimiento de Judas o el dolor de María con Jesús muerto en su regazo a los pies de la cruz.

Unas 300 personas, entre actores y personal de organización, hicieron posible una vez más esta escenificación, que solamente la pandemia del coronavirus ha llevado a suspender. Paso Viviente la retomó anoche de nuevo con un enorme respaldo de sus seguidores, tanto los de su ciudad como los de localidades limítrofes, que la estaban esperando.

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