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Será difícil que el paso del tiempo borre la calle Cuatro Esquinas del casco antiguo de Calahorra. Sin embargo, lo que no ha podido evitar es perder el restaurante que tomó su nombre y la puso en el mapa de la zona histórica calagurritana. Y es que encontrarte con un turista pidiendo indicaciones para llegar al local ha sido incluso más habitual que toparse con un visitante perdido en busca de la catedral o el Museo de la Romanización.
Después de 42 años montando mesas y sacando partido a los manjares de la huerta de Calahorra, la Taberna de la Cuarta Esquina ofreció ayer su último servicio. Mila, Mariano, Maribel y Laura, el alma del negocio, colgaron el delantal y apagaron para siempre los fogones.
En el restaurante, los clientes que habían reservado mesa para disfrutar de su último plato de ensalada de careta o el 'mil hojas de arroz con leche', despedían a la familia de hosteleros con aplausos. «Es que nos da mucha pena que lo cierren, porque ha sido el mejor local de La Rioja, no sólo de Calahorra, en cuanto a calidad y precio», valoraba Higinio junto a un grupo de amigos en una larga mesa a la entrada del local.
Unos minutos antes se había presentado por sorpresa una representación de hosteleros de Calahorra para rendirles un pequeño homenaje y mostrarles su cariño. «Es un lugar emblemático en Calahorra y como compañeros han sido maravillosos. Siempre han estado apoyando a Calahorra y a la hostelería», destacaba Merche Virto, del Hotel Ciudad de Calahorra.
También para ellos el cierre del negocio, cuyo traspaso a unos proveedores hace unos meses no prosperó, «es un pena». «La verdad es que ha sido una referencia. En el hotel muchos clientes me preguntaban por la Taberna», afirmaba Merche Virto.
Mila Suescun, quien el 23F de 1981 abría el restaurante junto a su marido Antonio Vázquez (ya fallecido), vivía su último día de trabajo con sentimientos encontrados: «Estamos contentos por vivir otra etapa, pero a la vez tristes porque dejamos aquí 42 años». «Muy agradecida» con el homenaje de sus compañeros, se emocionaba con ese «no os vamos olvidar» que le trasmitía la clientela. Ellos seguramente tampoco los olviden, porque «hemos tenido los mejores clientes del mundo», decía orgullosa Mila.
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José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
Cristina Cándido y Álex Sánchez
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