Los comerciantes de Calahorra muestran su preocupación ante una oleada de robos

El comercio de Calahorra no gana para sustos. Una oleada de robos, especialmente en bares y tiendas del casco antiguo, ha puesto en alerta en los últimos días a los comerciantes, que muestran su preocupación y malestar por lo ocurrido. Los hurtos, producidos al descuido durante el día o forzando las verjas de los locales durante la noche, se atribuyen a una persona, vecina de Calahorra, y que lamentablemente, según las fuentes consultadas, padecería un problema de adicción a las drogas.

Esta persona, como se confirma desde el Ayuntamiento de Calahorra, ha sido detenida en varias ocasiones por estos hechos. La última vez fue la noche del pasado miércoles, y ayer jueves por la mañana fue puesto a disposición judicial. Pero, a pesar de las actuaciones policiales, los comerciantes no ocultan la intranquilidad que les produce que se reiteren los robos.

«Nos sentimos impotentes. Son todo tiendas, bares... y estamos todos con miedo», aseguraba ayer Isabel, propietaria de la churrería VG en la calle Cavas, que fue objetivo de uno de estos incidentes en la noche del pasado martes. En su caso el autor del hurto se llevó los 200 euros que contenía la caja registradora. «No sé cómo la abrió, porque no estaba rota», señala la dueña del negocio, al que la persona detenida pudo acceder después de «desencajar la verja y meterse por un hueco».

Esa misma noche lo intentó también, aunque sin éxito, en un quiosco de prensa situado a pocos metros del establecimiento de Isabel. «Al abrir la verja vi que estaba forzada, aunque funcionaba todo perfectamente», relata Sara, la dueña de este negocio. «Yo creo que como vio que aquí no había opción de entrar se fue a robar a la churrería», supone.

En la plaza del Raso, el bar 'Bebe y Zampa' ha sido también objetivo de los robos, al igual que 'Deportes Olloqui', en los portales de la calle Grande. «En mi caso sabían lo que querían porque se llevaron de determinadas marcas y se marcharon», relataba ayer Miguel, su propietario, mientras apuntaba en una lista los objetos sustraídos de la tienda a la espera de que llegara el perito.

El robo en su local se produjo en la noche del pasado lunes al martes. Ropa deportiva, el dinero de la caja registradora y un ordenador fueron parte del material robado, además de los destrozos causados en la verja y en la puerta. «Cuando fui a poner la denuncia me dijeron que esa misma noche se habían producido como unos diez robos, aunque algunos no habían puesto denuncia», comentaba molesto con la situación.

Pasando la plaza del Raso, en la calle Mayor, 'Congelados Siete Mares' recordaba ayer cómo hace unas tres semanas también sufrió un robo similar. «La noche de Carnaval, del 26 a 27 de febrero, entraron por la misma verja que cierro con dos llaves. La levantaron al cederla y el candado de hierro de las puertas de cristal no sé cómo hicieron para abrirlo, pero lo consiguieron y entraron», contaba la dueña, Eva María Puerta. De su negocio se llevaron los cambios de la caja registradora: unos 200 euros. Para después quedaron también los destrozos. «Ahora estoy esperando a que vengan a poner la verja», decía, incidiendo en que después de lo ocurrido «la preocupación está». «Menuda racha...».