Arqueología a pleno sol en la antigua Calagurris

Hoy finaliza la primera edición del campo de trabajo Calagurris-UNIR 2022, que se ha desarrollado en dos yacimientos arqueológicos del casco antiguo de la ciudad bimilenaria desde el 10 de julio con diecinueve personas entre alumnos, voluntarios y profesores.

En la ladera de La Clínica (entre el colegio Ángel Oliván y la calle), María Asunción Antoñanzas realizaba una valoración positiva. «A pesar del calor que hemos pasado, los chicos han estado bien. Ha sido la continuación de una excavación promovida por el Ayuntamiento en 2021 y seguimos profundizando en niveles romanos, imperiales».

Por las tardes tuvieron clases teóricas de arqueología general y de la localidad en el albergue municipal, así como visitas por la zona. También han aprendido lo que viene después de la recuperación de restos, el trabajo de laboratorio con la limpieza, siglado e inventariado.

Destacan los muros romanos y el material que reutilizaron en determinadas estructuras, incluso como cementerio. El primer día hallaron restos óseos, como un cráneo que hay que analizar para ver su cronología.

María Asunción Antoñanzas y Pilar Iguácel (Labrys Arqueología), responsables de las excavaciones, realizarán un informe que entregarán al servicio de patrimonio del Gobierno de La Rioja y al Consistorio. El lugar se tapará con geotextiles y tierra para evitar su deterioro.

David Farell i Garrigós, arqueólogo y director del campo de trabajo promovido por el Consistorio y Fundación UNIR, pone el énfasis en una estructura de la calla de los Sastres a pie de muralla que todavía está por datar.

«Apareció al derrumbarse una casa hace dos o tres años junto al lienzo de muralla o torreón. Aunque no se termine de excavar, porque no da tiempo en estos días, resulta muy interesante. Hemos encontrado fragmentos de cerámica hecha a mano de la Edad del Hierro, testimonio de un hábitat prerromano en la zona».

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