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Aceite consagrado para toda la diócesisEl aceite a lo largo de la historia se ha utilizado para ungir reyes, profetas y sacerdotes. También ha sido símbolo de salud por sus propiedades medicinales, al igual que portador de las esencias del perfume. Estas características hacen que el aceite, sinónimo de óleo, sea un elemento protagonista en la celebración de varios sacramentos de la Iglesia, como el bautismo, la confirmación y la unción de enfermos.
El aceite, tanto el santo crisma como los santos óleos, que este año utilizarán las parroquias de la diócesis riojana en estas celebraciones fue bendecido este lunes en la catedral de Calahorra después de alrededor de medio siglo sin hacerse en este templo. La ceremonia que corresponde a la misa crismal, en la que se consagra el santo crisma (de ahí su nombre), congregó en el templo a un centenar de sacerdotes de toda la región.
Hasta ahora, esta celebración, única en el año litúrgico, se realizaba en la concatedral de Santa María de la Redonda en Logroño. Sin embargo, el obispo de Calahorra y La Calzada, Santos Montoya, quiso recuperarla en el templo de cabecera de la diócesis, de donde proceden además las tres ánforas en las que se guarda el óleo.
El aceite precisamente también procedía de Calahorra. Concretamente, del trujal de la cooperativa Los Santos Mártires. Los recipientes alojaron un total de 18 litros de este 'oro líquido', que además fueron donados por una familia de agricultores de la localidad. En años anteriores el óleo ha sido aportado por el trujal ecológico Santa Eulalia de Yuso, en la localidad de Santa Eulalia Bajera.
Siguiendo el ritual de la ceremonia el obispo Santos Montoya presidió la celebración en la que se bendijeron por separado las tres ánforas con el aceite, que se distribuirán entre el resto de parroquias de La Rioja.
La misa crismal fue concelebrada con todos los sacerdotes de la diócesis, quienes como es tradicional renovaron en esta eucaristía las promesas que realizaron el día de su ordenación y con las cuales sellaron su alianza con Dios. Algo que forma parte de esta ceremonia, que normalmente se desarrolla en Jueves Santo. No obstante, por razones de convivencia pastoral se puede adelantar, como se hizo en la catedral de Calahorra. De esta manera se facilita también que pueda acudir el mayor número posible de sacerdotes. Tras la renovación de la promesa sacerdotal se procedió a la bendición de los santos óleos (el de los catecúmenos y el de los enfermos) y del santo crisma, que son elementos diferentes.
Así, el crisma es el aceite con el cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados obispos y sacerdotes. Aparte de en estos sacramentos, se emplea en la dedicación de las nuevas iglesias, la consagración de los nuevos altares o de campanas. El santo crisma, por otro lado, representa la gracia del Espíritu Santo, y está compuesto por aceite y perfumes.
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Clara Alba y José A. González
Alberto Gil | Logroño
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
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