La hoguera de las tradiciones

Se trata de una de las tradiciones más ancestrales de la localidad. La festividad de San Antón viene celebrándose en la ciudad de forma ininterrumpida desde hace 268 años. Siempre se pasa al fin de semana posterior a la festividad del santo de los animales y se lleva a cabo gracias a la Cofradía de San Antón que tiene su sede en la parroquia de San Andrés desde el momento de su fundación allá por el año 1749. Muchas cosas han cambiado desde entonces cuando el pago de las costas por pertenecer a la cofradía se costeaban a base de celemines de trigo o de cebada. «Entonces la mayoría de los cofrades eran agricultores, la cofradía recibía esos celemines y luego los vendía y con eso pagaba los gastos de los actos celebrados», explica José Antonio Barco, hermano mayor de esta entidad desde hace décadas.

Ayer decenas de personas hicieron frente a las temperaturas heladoras y las paliaron con las brasas de la tradicional hoguera que se enciende cada año en la plazoleta dedicada al santo que está ubicada tras la plaza de abastos de la localidad.

A las ocho y media de la tarde empezaron a encenderse las primeras pilas de leña y los cofrades iniciaron el reparto de patatas asadas. «Antes se asaban en las mismas brasas de la hoguera pero desde ya hace unos años las traemos asadas para facilitar el reparto», explicaba José Antonio Barco.

Con las patatas y el calor de la hoguera también se distribuyeron decenas de mandarinas y en torno a 30 litros de vino de la tierra y la fiesta duró hasta pasadas las diez y media de la noche cuando las brasas empezaron a apaciguarse.

Hoy los actos continúan desde las once de la mañana cuando se reunirán los cofrades en su junta general en las antiguas escuelas de San Andrés. «Dejamos de hacerlo en la sala capitular de San Andrés ya hace unos años», explica el hermano mayor. Después, a las doce de la mañana, se procederá a la misa y tras ella a la procesión, la bendición de los animales y la tradicional rifa.