Secciones
Servicios
Destacamos
Cuentan en Santo Domingo de la Calzada que, allá por el siglo XIV, un matrimonio alemán que hacía el Camino de Santiago junto a su hijo Hugonell paró en una fonda de la ciudad. La posadera se prendó del hijo y, como quiera que este no accedió a sus libidinosos deseos, ella escondió una copa de plata en su zurrón y le acusó de robo, entonces penado con la horca. En ella murió, pero los padres rezaron a Santo Domingo y este devolvió a la vida al vástago. Los padres corrieron a la casa del corregidor de la ciudad, a pedirle que le bajaran de la horca, pero este, incrédulo, les contestó: «Su hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me dispongo a comer ahora». En ese momento, las aves se levantaron de sus platos, se recubrieron de plumas y el gallo cantó. Desde no se sabe cuándo se dice: «Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada» .
Un gallinero del siglo XV, con dos aves blancas en su interior, recuerda en la catedral el milagro. Es el único templo de la Cristiandad que alberga animales vivos. Antes del actual hubo otros. Una bula del Papa Clemente VI, fechada en el año 1350, concedía indulgencias a los peregrinos que contemplaran al gallo y a la gallina. Ese fue el otro 'milagro', el social y económico, porque atraídos por tal portento, la ciudad se convirtió en paso obligado para muchos peregrinos, lo que la puso en el mapa y la hizo prosperar. En octubre del año 2014, el Gobierno de La Rioja declaró el milagro Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.
Cada 13 de octubre los calceatenses conmemoran el milagro en una romería que tiene como escenario la ermita de la Mesa del Santo. Es la última del año y no es la más popular, al enmarcarse, la mayoría de las veces, en días laborales y lectivos. Pero es importante, por todo lo dicho.
Así, dentro de un protocolo que se clona año tras año, hasta el templo inaugurado 26 de mayo del año 1890 se dirigió ayer, en comitiva, el patronato que gestiona la ermita, formado por el Ayuntamiento, Cabildo catedralicio y la Cofradía del Santo.
Una misa abrió el programa, seguida de una procesión por los alrededores del templo, a la que desde hace algunos años se llevan, en un cestaño, el gallo y la gallina. Tras el acto, participado por unas 80 personas, tuvo lugar un aperitivo, la comida de confraternización del patronato y, por la tarde, Rosario, el sorteo de una imagen del Santo (el número agraciado fue el xxxx), y baile. Allí también se citaron, para comer, unas 50 mujeres de la asociación de viudas Rioja Alta. Sobre las seis y media, la ermita comenzó a recobrar su tranquilidad habitual, aunque los ecos del canto de un gallo aún parecían reverberar en el ambiente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.