Bodegas Cosme Palacio, la singularidad como seña de identidad

La calidad y la disposición de sus viñedos han sido algunos de los secretos mejor guardados de Bodegas Cosme Palacio generación tras generación. Protegidas por la roca de la Sierra de Cantabria, las cepas de tempranillo y viura de sus plantaciones centenarias encuentran en Laguardia las condiciones excepcionales para la crianza de sus caldos. Y es que sus viñedos singulares descansan a una gran altitud sobre suelos arcillo-calcáreos.

Actualmente su vino más selecto es el Cosme Palacio 1894 que emana de esas vides con una antigüedad comprendida entre los 70 a los 100 años. Su rendimiento es muy escaso y se produce mediante un proceso de vinificación independiente con una fermentación maloláctica realizada en barricas de roble francés de 500 litros y tostado medio.

La bodega se ha caracterizado por integrar la tradición con la innovación. Cosme Palacio fue pionero de su época algo que se mantuvo durante años con grandes exportaciones tanto en Estados Unidos como en Francia. El fundador falleció en 1922 pero no fue hasta 1998 cuando la familia Entrecanales adquirió las bodegas permitiendo que el legado de Don Cosme siguiera vivo hasta la actualidad.

Con los nuevos dueños, las Bodegas Cosme Palacio sufrieron un gran lavado de cara gracias a dos restauraciones de sus instalaciones. Pese a todo, la historia de esta bodega centenaria sigue intacta gracias a la conservación de la estructura y edificación de antaño así como del museo que se encuentra en las caballerizas con el que el visitante puede dar un salto en el tiempo y ponerse en la piel de los primeros bodegueros.