El municipio de Bañares, en su conjunto, ha realizado un gran trabajo estos años, y muy especialmente el último, por cambiar el rumbo al que los tiempos actuales parecen someter a los pequeños municipios. No solo ha tomado concienciación de que algo había que hacer, ... sino que se ha puesto manos a la obra. Fruto de ello, ha logrado un cambio de imagen y sembrado de optimismo el futuro, algo a lo que le ha dado un fuerte empujón el proyecto piloto de dinamización rural 'Centro juvenil, de formación y de acercamiento de la Administración-atención al ciudadano', impulsado por el Ayuntamiento, con el apoyo del Gobierno de La Rioja y Aresol, que fue clausurado ayer.
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Gracias a él se han habilitado espacios municipales para el desarrollo de actividades, que han sido diversas, y prestado servicios inexistentes anteriormente para la población, de un modo equilibrado y autosostenible. Con ello –indican sus promotores– se han paliado las desigualdades urbano-rural, impulsado el aumento de oportunidades laborales, y apoyado la conciliación laboral y familiar «para que las familias jóvenes acudan a Bañares sin sobrecargar a sus mayores». También se ha impulsado la vuelta de los jóvenes y su participación activa en el pueblo a través de un centro juvenil, y se ha acercado a los vecinos la digitalización y servicios habitualmente inexistentes en el mundo rural.
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