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Un robo lleno de premeditación, alevosía y hermandad
Fiestas de Arnedo

Un robo lleno de premeditación, alevosía y hermandad

Arnedanos y navarros, la mayoría de Andosilla, vuelven a escribir un renglón en su historia de amistad con el Rosario de la Aurora y la procesión del Robo de los Santos

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Viernes, 27 de septiembre 2024, 12:42

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Comenzaron la jornada con abrazos y sonrisas de reencuentros. Y acabaron a mediodía a la carrera y al choque. Pero con toda la hermandad y cariño que alimenta la tradición. Arnedanos y navarros, la mayoría de Andosilla, han vuelto a compartir una herencia y un sentimiento que les hermanan a lo largo de los siglos, el Rosario de la Aurora durante la madrugada y la procesión del Robo de los Santos en el mediodía de este 27 de septiembre, de este día grande en honor a los patronos médicos San Cosme y San Damián.

El amanecer sonó a acordeón, guitarras y voces. A cánticos que describían que «hay alegría en Arnedo en este día sin par porque celebran las fiestas a San Cosme y San Damián». Y que entonaba el himno que hermana dos comunidades y que realza estas fechas como fiestas de interés turístico nacional: «Los navarros y riojanos hoy con gran solemnidad honramos en este día a San Cosme y San Damián».

Un buen chocolate calentó los cuerpos para encaminar los pasos hacia la iglesia de los patronos, hacia el inicio de la procesión del Robo de los Santos, inspirada en la reclamación navarra de sus imágenes después de que los arnedanos los pasearan en el siglo XVI por pueblos vecinos para espantar la enfermedad.

El Grupo de Danzas recibió a los hermanos médicos en el umbral de su iglesia antes de iniciar la procesión. El paso de los gigantes, el retumbar de la Agrupación Musical Santa Cecilia, la ronda El Emboque a los pies de la Casa de los Antillones o los cánticos de los auroros saludaron el paso por la calle Mayor. Hasta que llegó el primer pregón. Carlos Fuertes sacó de la libreta argumentos y argumentos, rechazados con el mismo humor por los arnedanos. La primera ovación la arrancó con un recuerdo a todos los que ya no están y agradeció la la ir de los auroros y de las peñas. A la Lubumbas, por su 50 aniversario. Y a La Chispa, con un «chitón», con silencio como guiño a su protesta por poder abrir su sede sólo a dos fiestas nocturnas.

«Llevo años explicando por activa y por pasiva, con historia, con argumentos, que vamos cumpliendo años, y esto tiene que llegar a una solución -expuso-. Tanta obra en Santo Tomás será que están buscando restos de los santos. ¡Que no, que estaban en Resa! Se acaba de descubrir la planta de la iglesia de San Cosme y San Damián. Esto son datos. ¡Los santos son navarros!». Y ante la propuesta de no llevarse al párroco Javier Martín, tiró de más ironía y análisis político. «Me vais a decir que me lleve al otro Javier. ¡Por aquí! -rechazó en referencia al alcalde- Que, además, está a otros menesteres. Se oyen sirenas por Logroño».

Y Fuertes mandó a la carrera a los mozos. «Navarricos, ¡a Navarra con ellos!». Pero al fondo de la calle Santa Clara esperaba un muro arnedano que frenó la primera carrera.

Tras una ovación llena de identidad, de orgullo, de historia, continuó la procesión para adentrarse en la iglesia de Santo Tomás, en cuya salida esperaba una nueva dedicatoria a los santos del Grupo de Danzas de Arnedo.

Retomando la marcha hacia su templo, la segunda parada fue en el Ayuntamiento. La novedad fue que Marta Verano sustituyó a Montse Altozano, cuando cumple 20 años como pregonera, para tomar el micrófono y soltar con toda la gracia una colección de razones para llevar a los santos a Andosilla. «Tenéis dos médicos parados con la necesidad que hay ... A Andosilla nos los vamos a llevar, que los necesitamos, más ahora que se quieren llevar Urgencias a San Adrián », dijo con acidez. Y lanzó un tirón de orejas a los que se van de vacaciones estos días -«hay que quedarse en fiestas e irse después»- y al párroco: «Tengo un wasap del Papa Francisco que me dice que ha leído una carta en su nombre y no es cierto, que dice que los santos son navarros».

De nuevo, arenga a la carrera. Y, en frente, otro amistoso muro que le paró los pies.

Cuesta arriba, la procesión tomó Palacios viendo al fondo la torre de la iglesia. Después de un nuevo cántico de El Emboque, Fuertes alzó argumentos por tercer intento. Aludiendo a que la redada dela Guardia Civil a unos metros fue realmente para vigilar a los santos «sólo porque los auroros iban a venir a ensayar», felicitó la solidaridad del pueblo y de las empresas de Arnedo mostrada con Calzados FAL tras el incendio. Y remató con un alegato por la paz: «Qué grande que podamos compartir una disputa. Ojalá aprendieran en otros lugares», reclamó entre la ovación y los deseos de todos.

Era la definitiva. «¡A Navarra con ellos!». Y los mozos navarros se toparon con un enorme muro lleno de sonrisas, con muchísimos niños en primera fila tomando el relevo, uniendo brazos a sus mayores, sumándose a una historia de hermandad, de emoción, de navarros y riojanos. Entonando ese «Autraño» con el que arnedanos y navarros están encantados. Volverán a verse, a encontrarse, a compartir su identidad.

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