Reos del fuego y el viento

Los planes del viaje que Sergio comenzó a disfrutar el pasado lunes 12 de agosto pasaban por regresar este domingo. «El vuelo fue cancelado justamente cuando llegué al aeropuerto. Ahí nos notificaron por correo electrónico la cancelación –explica a este periódico desde Madeira–. Se cancelaron sesenta vuelos solo el fin de semana a raíz del viento y los incendios de la isla».

Según distintas informaciones, el incendio ha calcinado hasta este martes más del 6% de la superficie de la isla, alcanzando las 4.392 hectáreas de superficie quemada. Y el Servicio Regional de Protección Civil describía ayer la situación del incendio como crítica, en especial en las zonas altas de Curral das Freiras, Pico Ruivo y Pico Furao.

Mientras, los esfuerzos del arnedano se han centrado en conseguir un viaje de regreso a España. Ha podido conseguir uno para el viernes, con la confianza de que no se tuerza la situación. «Eso significa no poder ir a trabajar en toda la semana... Pero en mi empresa han sido comprensivos con estas circunstancias», explica el trabajador de la arnedana ArnePlant.

En esa espera, Sergio Merino no pierde la sonrisa y apunta que la situación que atraviesa no es de las peores que se están dando en la isla. Junto a tres personas de Sevilla y una joven de Pamplona lograron reservar un coche justo en el momento de conocer la cancelación del vuelo. Y se lanzaron a buscar un alojamiento donde permanecer a la espera del avión. «Dimos con la gente de un restaurante que habló con unos conocidos que se dedican al alquiler vacacional y nos alojaron en su misma casa, en la parte de arriba donde tienen una buhardilla –relata sobre esta especial acogida con total agradecimiento–. Al avisarles este lunes de que hasta el viernes debíamos quedarnos en la isla nos ofrecieron una casa vacacional que ellos tienen en la localidad de Campanario... Cuando fuimos a la casa vimos que se trata de una casa espectacular con unas vistas increíbles». Por si fuera poco, destaca que el alquiler por el que les han dejado la casa es un precio por persona muy bajo. «Dentro de todo, estamos muy contentos», relata sobre la vivencia en esta catástrofe.