Pringadas, la fiesta del sabor tradicional

Desde primera hora, integrantes de peñas y asociaciones de la localidad con las que el Trujal colabora en sus actividades disponiendo de su oro líquido se afanaron en preparar el ingrediente principal de la fiesta: las pringadas. Por sus manos pasaron las 3.000 rebanadas de pan que tostarían a la brasa, pintarían a brochazos en aceite, las adornarían al gusto con azúcar, sal o ajo y las repartirían entre los que llenaron el patio de sus instalaciones. Y fueron invitados de todas las edades, desde pequeños a mayores, compartiendo un almuerzo arraigado en nuestra memoria.

Fue la manera en la que el Trujal dio a probar el aceite nuevo de la campaña recién finalizada. Una campaña que describen como extraña pues, a pesar de lluvias, ha superado ligeramente las previsiones. En total, sus 900 socios de distintas localidades de la zona llevaron a sus instalaciones 1.630.000 kilos, 300.000 más que la campaña anterior. Y como la falta de agua y humedad ha restado peso a la oliva, se han convertido en 330.000 litros de una calidad muy buena y amparados por la Denominación de Origen Aceite de La Rioja.

Con toda la campaña anterior vendida, y después de reservar una parte para sus socios, el Trujal saca la mayor parte de su producción de aceite virgen extra excelente a la venta, sobre todo en el mercado nacional. Aunque poco a poco va cruzando fronteras comercializando aceites arbequina, mono varietal de redondal y la habitual autóctona.

Con gran ambiente, el público disfrutó de la degustación –a la que se acercaron representantes del Gobierno de La Rioja y de ayuntamientos de la comarca– y de las visitas guiadas por las instalaciones y sus procesos. Y los pequeños, como buena fiesta que fue, de hinchables.