La parroquia arnedana acomete la reforma interior de Santo Tomás

«Tenemos licencia de obras desde julio, pero se han ido haciendo pruebas para encontrar tratamientos que frenen la arenisca que cae de las paredes de las capillas –explica el párroco, Javier Martín–. En principio, parece que han encontrado la solución». Si esos tratamientos no fuesen la solución, la parroquia ha solicitado también presupuestos para buscar otra, como para continuar con la recámara con maderas, que se definió hace años en la capilla del Sagrario.

Los trabajos van a partir desde la capilla de la Medalla Milagrosa, donde los fieles encontrarán una valla de obra para cerrar el perímetro de la capilla bautismal y hasta la escalera. «Lo primero a hacer es retirar la falsa pared que se puso en la capilla de la Medalla Milagrosa y ver cuánta humedad hay en la pared y bóveda que hay detrás» –describe Martín–. Entonces estudiaremos qué solución se le da: si se retranquea la pared y queda la original o hay que poner otra cámara nueva si la humedad ha afectado a la pared.

Esos trabajos no afectarán al día a día del templo y sus eucaristías, con la misa a las 19.30. Y si lo hiciera por el avance de trabajos o suciedad, la parroquia anunciará las alternativas a los fieles. Eso sí, al quedar cerrada la capilla del Bautismo, los bautizos pasarán al cuerpo central del templo del siglo XVI.

Además, bajo el coro, los trabajos recuperarán los nervios que han caído del techo. Y cerrarán grietas que han dejado en las columnas del templo los terremotos que han azotado la zona.