Las copiosas lluvias de esta semana han acentuado una preocupación ya existente en el consejo parroquial arnedano: el estado de seguridad del nido de cigüeña que sobresalía en la torre de la iglesia de Santo Tomás.
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Como resultado de la fuerza y el empuje de las continuas lluvias de la jornada del martes, la mitad del nido se desprendió de la torre y cayó sobre el tejado de un inmueble anexo; mientras, otra buena parte quedó izado en lo alto de la torre. Por fortuna, ninguna parte del nido se desprendió sobre la calle Palacio ni causó daños personales ni otros materiales.
Según las primeras consultas de la parroquia a los técnicos, la parte del nido que ha quedado sobre la plataforma de la torre no corre peligro de nuevas caídas. Y está esperando a que la cubierta y las tejas se sequen y pase este episodio de lluvias para retirar la parte caída. Después de esos trabajos, observarán si ha provocado algún tipo de gotera.
Este incidente con el nido coincide en el tiempo con la inquietud planteada por la parroquia por restaurar «lo antes posible» la torre de Santo Tomás dado el preocupante deterioro que sufre y ser un templo todavía sin mejorar. Para ello, cuenta con un informe técnico de los arquitectos de la Diócesis que estima que esos trabajos precisan una inversión de 85.000 euros.
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