Inspirado en la forma de una alpargata, de las muchas que moldearon con sus manos, con sus callos y con horas de trabajo para comenzar a dar forma a lo que hoy se conoce en todo el país como la ciudad del calzado. Elaborado ... en yute, material que trabajaban para llevar platos más o menos llenos a la mesa, y fundido después en bronce. Es el monumento que homenajea desde ayer en la plaza Nuestra Señora de Vico a los once asesinados en la tarde del 5 de enero de 1932 en la entonces plaza de la República.
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En el 90 aniversario de los Sucesos de Arnedo –aquellas convulsas horas que llevaron la ciudad al debate en el Congreso de los Diputados y a las primeras planas de esos días agitados de la Segunda República– quedaba un momento por vivir. Después del emotivo homenaje que se dispensó en el lugar en la tarde del pasado 5 de enero, cuestiones burocráticas retrasaron la presentación en sociedad del monumento realizado en su honor por Jesús Abad, arnedano de larga trayectoria sindicalista y miembro del colectivo 5 de enero, Memoria y Dignidad.
Con la presencia de la presidenta del Gobierno, Concha Andreu, y del alcalde de la ciudad, Javier García, además de la participación de todos los grupos políticos municipales, la tarde de la también significativa fecha del Primero de Mayo fue el día elegido para la inauguración. Sobre un pedestal de 1,40 metros, con unas dimensiones de 107 centímetros de alto por 60 de alto, el monumento representa «a los once que cayeron en el tumulto de la plaza», «una alegoría de once estelas que van hacia el cielo, que se elevan», describió Abad. «De estudiar y comprender lo que sucedió, de seguido te llega la inspiración. Representa la sencillez de las personas, los trabajos de donde vienen y el caos que se vivió en la plaza esa tarde», explica su autor. «Se representa sin rencor, sin tragedia con el objetivo de dignificar la memoria de gente sencilla y honrada que cayó por defender su dignidad y reivindicaciones como trabajadores por el derecho a la libre conciencia de cada persona y de ejercitar libertades. Fueron pioneros de la defensa de unas libertades que hoy todos disfrutamos», añadió Jesús Abad.
Música y poesía volvieron a acompañar a una tarde de emoción y recuerdo en la plaza. Y de muchos abrazos.
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