La iglesia de Santo Tomás comienza la recuperación de su pórtico gótico

Las primeras labores corresponden a la fase de conservación, en la que se está consolidando la piedra y la pintura original. «Hemos retirado morteros antiguos que rellenaron las formas que se habían perdido. El siguiente paso es la eliminación de sales», describe el restaurador Roberto Cagigal mientras aplica pasta de celulosa con agua destilada para que absorba y saque a la superficie las sales solubles internas.

Al retirar volúmenes añadidos sobre el original perdido, el restaurador halló varios de cemento colocados hace cien años, que no dejaban respirar a la piedra, provocaban que se encontrara húmeda y se debilitara. Tras ventilarlo, los trabajos consolidarán el soporte de piedra original y reintegrarán volúmenes a partir de morteros de cal y arena encontrados más antiguos.

La semana que viene intervendrá ya la empresa Construcciones y Obras Alfaro. «El objetivo es una limpieza y conservación de los materiales originales y, después, la reintegración de algunos volúmenes en la fase de restauración», expone Cagigal.

El montaje del andamio para esos trabajos que discurrirán de arriba a abajo desde los arcos no impedirá que el templo continúe con su actividad diaria normal. Al igual que la fase interior, la parroquia financia estos trabajos con recursos propios surgidos de la donativos y colectas.