El comité de empresa de Fal plantea que los 130 trabajadores acudan a un ERTE de fuerza mayor

Disolventes, diluyentes, colas, pieles, cortes y otros restos seguían consumiéndose dentro de la nave colapsada. Ante la carga calorífica que seguía expulsando humo, el Ayuntamiento pedía alerta y protección a las personas vulnerables y con problemas respiratorios. Además de refrescar la zona afectada, los bomberos se centraron en labores de control y seguimiento para vigilar que ningún rescoldo reavive el susto, una custodia que analizarán si debe continuar el domingo.

Hasta esa zona del polígono El Raposal llegaban también trabajadores y vecinos. Seguía siendo difícil de asimilar que había consumido una de las empresas más emblemáticas de la ciudad, una de las que mejor funcionaba gracias a su calzado laboral, de seguridad, de montaña, de caza... conocido en buena parte del mundo. Cuesta asimilar que dos horas de fuego acabaron con 60 años de trabajo.

El luto continuaba en cada conversación. Todos son conscientes del impacto de esta pesadilla justo antes de Navidad. Porque se extiende desde esas 130 familias y en la de los propietarios hasta las decenas de empresas y talleres que viven de trabajar con Fal. Empresas de cauchos, talleres de guarnecer, auxiliares, suministros... «Es una estocada para Arnedo, porque hay muchas empresas auxiliares que dependen de Fal. Confiemos en que el resto de empresas tiren del carro», apretaba los dientes un empleado. La red laboral, productiva y económica que se entrelaza alrededor de Calzados Fal es uno de los varios motores de la ciudad. Ese impacto en la ciudad, en la comarca, en los bolsillos de cada hogar está todavía por ver en los próximos meses.

Este sábado era día de celebración de quintos en Arnedo. Aunque no con el mejor ánimo, muchos empleados participaban. «Es una manera de despejar la cabeza», se resignaba un joven con la esperanza de mirar hacia delante.

El comité de empresa ha mantenido ya reuniones con los trabajadores para plantear cómo debe ser su futuro ante este desastre. «El Estatuto de los Trabajadores regula un ERTE de fuerza mayor que puede convocar la empresa, por el que van al desempleo sin romper la relación laboral, cobras el 70% mientras dure el expediente, no te corre paro y, si no tienes período cotizado, también lo cobras... Dentro del mal, es un colchón», explica el responsable de calzado de Comisiones Obreras, Diego Belón.

En el ánimo de los trabajadores, después de la impotencia y la rabia iniciales en la madrugada del fuego, confianza y tranquilidad. Las que les ha transmitido la propiedad de la empresa de luchar para resurgir con ese sentir de ser familia que comparten unos y otros. «Como trabajador de Fal Seguridad, yo estoy tranquilo», asentía uno de sus comerciales recordando cómo Manolo Abad, uno de los propietarios, ha estado a su lado en todo momento.

Esa reunión de empleados precedía a una de trabajo del equipo directivo y de sus diversas secciones de la empresa para definir los pasos a dar ante la catástrofe, encuentro a la espera de la llegada ayer a la tarde de un largo viaje de uno de los hermanos Abad. «Cuando nos traslade algo la dirección de la empresa, vamos a estar a la altura sin duda. Igual que nos han tenido en frente en otras negociaciones, vamos a estar al lado de la administración y de la empresa empujando el mismo carro. Estamos para lo que sea, porque hay mucho en juego», animó Belón.