Las hermanas del monasterio de Vico atienden la exposición y venta de sus productos, rodeada por las imágenes de los 24 santos de Arnedo. Ernesto Pascual

El cielo endulza la Navidad

Las monjas del monasterio de Vico de Arnedo venden su repostería, cremas y porcelana en una exposición hasta el 3 de diciembre

Domingo, 27 de noviembre 2022, 01:00

Por décimo año, las monjas cistercienses bajan del monasterio de Vico para encontrarse con los arnedanos en el centro de la ciudad del calzado e invitarles a colaborar a la vez que endulzan su Navidad. Es la ya tradicional cita prenavideña con la exposición 'Ora ... et labora et lege', con la que las hermanas venden sus productos para poder hacer acopio de recursos para el resto del año.

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En la sala principal del Centro Fundación Caja Rioja de Arnedo hasta el 3 de diciembre, esta edición es especial. Porque la parroquia arnedana ha querido acompañarla de una exposición histórica: 'El cielo en la tierra', una muestra que reúne por primera vez en el mismo lugar ante el público las 24 imágenes de los santos de las 22 distintas cofradías de Arnedo.

«Son santos de distintas épocas pero que han marcado la devoción de los arnedanos», invita a recorrerla el párroco arnedano, Javier Martín. Y explica su título por diversas razones: las imágenes se guardan protegidas en una sala sobre la sacristía de la iglesia de Santo Tomás llamada 'cielo'; y la presencia de las hermanas cistercienses en el centro de la ciudad es una metáfora de la bajada del cielo, por la vida espiritual que comparten, a la tierra, a la realidad más mundana y rutinaria. «Tratan de vivir en el monasterio con normas evangélicas, siendo luz para nosotros, por lo que que bajen supone que venga el cielo a la tierra», sonríe.

La iniciativa está acompañada por una exposición histórica, la reunión de los 24 santos de las 22 cofradías

Este encuentro, que cumple 10 años, sirve de soporte económico para el día a día de las hermanas cistercienses

En horario de 18 a 21 horas de lunes a sábado, el público puede encontrar, conocer y comprar hasta este próximo sábado en las mesas abrazadas por la exposición de los santos repostería de calidad con sello artesanal, cremas balsámicas e hidratantes tanto para dolores, arrugas o protección y diversa porcelana. «De eso vivimos», sonríe sor Isabel Rivero, madre superiora de la comunidad, que explica que «este encuentro es una forma de mostrar lo que hacemos, que la gente se entere de lo que elaboramos y lo podamos vender»

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Dulces como nogalitos, alegrías, delicias, erizos, sus reconocidas aleluyas... Y, más pegados a estas fechas, turrones y sus deliciosos polvorones. Todo está a disposición de los visitantes a buen precio junto a velas aromáticas, jabones, bálsamos y cremas protectoras o relajantes y porcelana variada. Una compra navideña que ayuda a las que custodian el monasterio de la patrona.

Retiros de una semana y en el primer sábado de cada mes

El último día de esta exposición, 3 de diciembre, será primer sábado de mes. Una fecha señalada para la comunidad de Vico. Porque durante este curso 2022-2023, desde octubre a junio, las monjas cistercienses invitan a quien le interese a compartir con ellas una mañana de retiro en el monasterio en los primeros sábados de cada mes. De 10 de la mañana a 13.00, son tres horas de desconexión, de reflexión, de búsqueda interna.

«Puede venir todo el que quiera a venir: es un rato de escuchar la palabra y el silencio», invita a todo interesado sor Isabel Rivero.

Junto a esta iniciativa, la comunidad lanza también otra invitación «inédita» hasta ahora, las puertas abiertas a las mujeres que lo deseen a adentrarse en la experiencia de siete días en el monasterio. «Es compartir nuestro día a día, viviendo con nosotras durante siete jornadas: rezando, trabajando, compartiendo el comedor, la iglesia... todo... haciendo nuestra vida», describe sor Isabel.

Ya han sido quince mujeres las que han desconectado del mundo exterior y se han adentrado en el espiritual de las hermanas durante este año. En estos días, la comparte una colombiana residente en Arnedo. Han llegado también desde Bilbao, Toledo, Madrid, León... La mayoría de ellas está casada, tiene hijos... «No buscamos vocaciones, sino que compartan nuestra vida y para que, después de la pandemia, se quiten ruidos de la cabeza sientan el acercamiento a Dios. Y, aunque algunas estaban alejadas, lo han encontrado en alguna manera», describe la superiora.

Y las que lo han vivido lo han recomendado. De hecho, el monasterio ha tenido que declinar el interés de varias, pues tenían cinco mujeres interesadas en compartir la experiencia durante esta próxima Navidad. La comunidad limita la asistencia a dos mujeres a la vez para que puedan sentir realmente su paz y silencio.

Al despedirse, las hermanas les preguntan qué idea se llevan en el corazón de esta experiencia. «Quizá en el primer día les cuesta situarse. Pero después se van muy contentas. Algunas con lágrimas en los ojos», sonríe sor Isabel.

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