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Con los deberes hechos de haber empezado las fiestas como Arnedo merece y de haber protegido y guardado a los santos patronos Cosme y Damián de las intentonas de hurto de los hermanos navarros para que puedan seguir disfrutándolas, los arnedanos se lanzaron ayer a sumergirse en la feliz rutina de sus celebraciones mayores.
Tras la intensidad del día inaugural con la 'bomba' y la emoción de la tradición del día grande, la tercera jornada de fiestas por San Cosme y San Damián esperaba ofreciendo el guión que tanto gusta a los arnedanos y les invita a participar. Despertar con encierros, tomar fuerzas con degustaciones, actividades al mediodía y la media tarde para los más pequeños, comida en cuadrilla o familia, novillada, más degustaciones para encarar una nueva noche, conciertos y fiesta con las peñas... Unas citas felices que les invitan a compartir las calles hasta el 2 de octubre sin prisa, sin reloj.
Y la invitación de la ciudad del calzado sigue aceptándola el sol, que volvió a compartir jornada con los vecinos y visitantes con una temperatura más veraniega que otoñal. Con ese aliado, los arnedanos hicieron lo que mejor saben: tomaron las calles con ganas, alegría y mucha participación en cada acto.
Porque ayer era la primera vez de muchas citas en estas fiestas. La primera suelta de reses bravas, primero en la calle República Argentina y después en el pabellón multiusos Arnedo Arena, que se saldó sin heridos y sí con aplausos para los buenos recortes por parte del mucho público que llenó las gradas y ambos márgenes del trazado. Pero antes de su inicio, con emoción, todos los asistentes guardaron un minuto de silencio en recuerdo de dos aficionados de Toro en la Calle por su fallecimiento. También era ayer la primera aventura de Gorgorito, que aunque tuvo que viajar al fondo de los mares, contó con la ayuda de decenas de niños en la plaza Nuestra Señora de Vico. Porque los niños son firmes partícipes de las fiestas, como en la clase práctica que ofreció el Club Taurino Arnedano junto al Aula Taurina Diego Urdiales, en la que observaron las evoluciones de los alumnos tanto el propio torero arnedano como Tomás Campos y Leo Valadez. Eran las primeras degustaciones matutinas, que con triple invitación, tuvieron la misma buena acogida que las de la tarde: gulas con la Lubumbas en la Puerta Munillo -con la reina de las fiestas, Sofía Ezquerro, ayudando en el reparto-, las tradicionales 'pingás' de La Quincalla en la plaza de La Leña y los 'champis' de La Chispa en su sede. En la tarde, La Chispa ofreció la 25 degustación de sus sardinas, todo un clásico.
La música era unida al humor por los Pecos Riojanos en la Puerta Munillo, antes de la suelta del toro embolado. Era el camino hacia la tercera noche, que tuvo a las peñas como protagonistas con su fiesta en la carpa de la plaza de España. Para el público más veterano, la Puerta Munillo acogió la actuación del Dúo Imperial. Era la invitación a bailes distintos, pero a disfrutar con la misma intensidad en camino hacia un fin de semana multitudinario.
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