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Sobre cada umbral, un pendón. Un símbolo e invitación a festejar, tanto hace siglo y medio como hoy. Hasta finales del siglo XIX, hasta que la filoxera redujo una de las mayores zonas productoras de la región, que apareciera un pendón colgado en la puerta de una bodega-cueva significaba que el vino de la cosecha estaba listo para catar y compartir. Era una llamada a amigos y familiares a degustar. Desde esa tradición, los calados de la calle San Miguel, en pleno Casco Antiguo de Arnedo, visten este fin de semana esas guías para invitar a participar y disfrutar del ambiente del primer Pendoneo por la Rencle Bodegas.
Tomando como nombre esos pendones y la hilera de calados que se suceden en esa calle, la primera edición de esta iniciativa turística de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Arnedo comenzó su andadura en el mediodía de ayer con cientos de brindis y sonrisas y con decenas de actividades gastronómicas y lúdicas de todo tipo y para todas las edades desde la mañana hasta bien entrada la noche.
Tomando el relevo en la agenda de primeros de septiembre del Mercado medieval del Kan de Vico, quedaba la incertidumbre de cómo reaccionaría el público ante esta iniciativa. Y lo hizo convirtiéndola en un éxito desde la primera edición. La suma de gastronomía, patrimonio, historia y diversión compartido atrajo a cientos de personas a la Rencle Bodegas, donde la calle San Miguel vivió un ambiente genuinamente festivo en este mes en el que los arnedanos esperan sus fiestas patronales, las últimas riojanas. Y de esos participantes en esta primera edición, muchos visitantes llegados de otras localidades dispuestos a degustar la propuesta del Casco Antiguo de Arnedo en colaboración con el Ayuntamiento, la Asociación del Comercio y la Hostelería y la Ruta del Vino Rioja Oriental.
«No sabía que había esto en Arnedo», era la frase con la boca abierta más repetida al asomarse a los umbrales de los calados. Ante el público, bodegas horadadas en la cueva con hasta 46 metros de largo, pobladas de todos los elementos de la tradición vitivinícola. Y, cedidos por los propietarios a la asociación en estas fechas, llenos de distintas actividades: acogieron catas de chocolate, así como de mermeladas, fardelejos, vino, quesos, el prensado tradicional de la uva, el concierto de música tradicional mediterránea de Mastika...
Y en la calle, cientos de personas copa en mano asomándose a los calados, a los puestos de las nueve bodegas de la zona para conocer y probar sus caldos, a la degustación de cordero chamarito al mediodía o de migas a la noche, al escenario para el tardeo con Lugg, al concierto en la noche con Gon M o el trasnoche con Sando. Una exaltación festiva de los productos de la zona que hoy invita a brindar desde las 11.00.
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