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Frente al confinamiento decretado ante el inicio de la pandemia, el arnedano José María Ruiz-Alejos Ruiz recuperó una vocación perdida de juventud. Casi dos años después de reencuentro y evolución en el grafismo, ha desarrollado una mirada y estilo propios que plasma en sus ... dibujos 'Rincones de Arnedo', exposición que acoge el Centro Fundación Caja Rioja de la ciudad del calzado hasta el 2 de marzo.
– Estudió en la Escuela de Artes en Zaragoza hace casi tres décadas. ¿Cómo vuelve y surge esta colección?
– Tras estudiar, me dediqué al diseño gráfico durante tres años en Zaragoza. Pero me desvinculé al volver a Arnedo al negocio familiar. Con el tiempo de la pandemia, recuperé la mano. Comencé a dibujar a lápiz, decidí escanear los dibujos y llevarlos al ordenador y busqué darles color. Trabajo con ordenador, pero es un proceso y una técnica de elaboración muy manuales al perfilar y dar texturas y colores. Estamos acostumbrados a ver muchas fotos o dibujos de Arnedo, pero quería darle un aspecto de cómic para que las calles y lugares se vean diferentes.
– Dedica una media de 50 horas a cada dibujo. ¿Cómo es el minucioso proceso?
– Trato de buscar imágenes de calles y plazas con buena perspectiva. Hago la fotografía y, de ella, un dibujo sencillo, echando líneas simples. Después, manualmente, en el ordenador lo perfilo entero, le doy el color, texturas, cuidando cada detalle... Hago cada persiana, ladrillo, desconchado de pared con el ratón táctil. En principio lo hice para mí, para recuperar esa afición. Pero al hacer unos cuantos, en mi casa me animaron a enseñarlos y están gustando bastante.
– ¿Siente que pasea por Arnedo con otra mirada?
– Soy muy de pasear. Antes era por la Vía Verde y por el monte. Ahora le pido a mi mujer pasear por el casco antiguo, buscando esa fotografía que me haga después llegar al dibujo. En el día a día, muchas veces no te das cuenta, pero hay arte en muchos edificios, muchos detalles... En esa apreciación, voy tan al detalle que los dibujos resultan muy realistas. Todo el mundo conoce estos edificios y lugares, pero ahora los ven diferentes, con otro colorido, y sorprende bastante.
– ¿Qué le da dibujar?
– Da tranquilidad. Es totalmente desestresante. Cuando me pongo a dibujar, me olvido totalmente de todo. Y es muy gratificante el resultado. Ahora tengo menos tiempo que durante el confinamiento, pero no me gustaría dejar de dibujar porque siento la evolución.
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