El curso escolar ha comenzado y va avanzado, el verano ha dado el relevo al otoño... Incluso los sanmateos llegan a su final. Parece que todo vuelve a la normalidad, a la rutina laboral, estudiantil... Pero hay una pequeña ciudad que resiste desde este miércoles ... a la invasión de tener quehaceres. Porque, desde este jueves, Arnedo será una ciudad en fiestas. La última de La Rioja, sí, pero con toda su alegría, intensidad y ganas.
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Como es tradicional, en la víspera del esperado momento el jueves a las 12.00 horas ante la balconada del Ayuntamiento, el Teatro Cervantes vivió anoche el intenso anticipo de las fiestas. El emocionante acto de proclamación de las representantes de la juventud arnedana en estas fechas tan especiales y del pregón, en esta ocasión a cargo del acróbata y artista circense Armando Rabanera.
10 30. Almuerzo en el local de la peña La Chispa.
12 00. Chupinazo anunciador de las fiestas, seguido del pasacalles con los gigantes y cabezudos, carroza, peñas, como es costumbre.
14 30. Fiesta matinal Lubumbas en Rep. Argentina.
14 30. Comida de la Tao.
18 30. Teatro infantil en La Chispa y El Emboque en la Tao.
20 15. Orquesta Zoom en la Puerta Munillo.
00 00. Fuegos artificales.
La emoción se respiró desde que partió la comitiva oficial entre los sones de la Agrupación Musical Santa Cecilia en su marcha desde el Consistorio hasta el Cervantes. A su paso, las damas de las distintas asociaciones sonreían ante los piropos y aplausos que les dedicaron los cientos de vecinos congregados.
Ya en el interior de la sala, con todas sus butacas completas, los sentimientos estaban a flor de piel. Una a una, las damas de cada colectivo fueron ascendiendo al escenario, al paso de canciones elegidas especialmente por ellas, y recibieron las bandas de la edil de Festejos y Juventud, Sandra Rodríguez. En los rostros de Alba Argais, de la Plaza Primero de Mayo; de Silvia Cordón, del Club Taurino; y de Ana Belén Fernández, de Amigos de Arnedo, pura emoción a flor de piel. También en la mirada de Mariela Ochoa, que esperó en el escenario a Shaila Chacón, de los Vecinos del Casco Antiguo. Se miraron a los ojos y le colocó la banda que le erige como representante de la juventud arnedana en estas fechas.
Con la emoción sobrevolando, fue el turno de Rabanera. Él, que habita en los escenarios, lo hace sin palabras. Con gestos, acrobacias, números imposibles. Reconoció sus nervios y también emoción y orgullo por tener que poner voz al sentimiento de tantos arnedanos ante la llegada de sus fiestas. Y se acordó también de quienes, sin ser de cuna, llegan de otros lugares hasta Arnedo, hasta sus fiestas, se enamoran de ellas y siempre aspiran a volver. «La generosidad, el placer de compartir nos hace ser muy colaboradores entre nosotros, con todo tipo de asociaciones. Y hace que los forasteros se sientan uno más y no quieran marchar», agradeció antes de lanzar vivas a los santos y desear felices fiestas.
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