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En la madrugada del 1 de diciembre, el desgaste por las lluvias provocó que la fachada lateral de la histórica Casa Bobadilla se viniera abajo sobre la calle Santo Tomás. Por las horas que era, la 1.30 de la madrugada del sábado al domingo, nadie pasaba por el angosto lugar y no hubo daños.
En los días siguientes, el Ayuntamiento de Arnedo acometió los trabajos de urgencia para consolidar la ruina y reducir riesgos de otro derrumbe en el caserón del siglo XVII. Quedaba una actuación más completa, que ha venido de la mano del Plan Activa Arnedo. Pero la convocatoria lanzada en julio por el Ayuntamiento para contratar la retirada y gestión de los residuos y acometer la consolidación del edificio, con un presupuesto de 82.826,51 euros, quedaba desierta a finales de agosto. Ninguna empresa se mostraba interesada.
Pasadas las semanas, el portavoz del Partido Popular, Toño Eguizábal, mostraba su preocupación por la situación del palacete. «En estas semanas ha surgido un agujero importante en el tejado. ¿Para cuándo habrá una solución y que no se convierta en un problema imposible?», dijo.
El grupo de gobierno se encuentra en negociaciones con varias constructoras para formalizar la contratación de los trabajos a través de procedimiento negociado, fórmula que permite la legislación tras quedar desierto el concurso. «Las empresas que hemos consultado plantean que el incremento del precio de los materiales ha impedido adjudicarlo. Vamos a revisar el proyecto por si es necesario aumentar el precio de contratación», explica el portavoz del grupo de gobierno, Raúl Domínguez.
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