AMAC abre curso en su paraje

Con punto de encuentro en la céntrica plaza Nuestra Señora de Vico alrededor de las 9.30 de la mañana, un buen grupo de andantes se reunió para iniciar la XXVIII Marcha a Vico, la jornada de convivencia con la que el colectivo abre cada curso.

Además de ese puñado de caminantes, muchos acudieron por su cuenta a los pies del monasterio de Vico, en el paraje natural junto al paso del Cidacos. Bajo la sombra de la arbolada como punto de encuentro, la jornada continuó con una eucaristía oficiada por el párroco Javier Martín. En ella, hizo un homenaje a los voluntarios de AMAC y de cualquier colectivo. «Que siempre estamos los mismos, que este es mi último año... pero no debemos caer en la tentación de dejarlo, sino seguir el ejemplo de San Cosme y San Damián y seguir poniendo nuestros talentos al servicio de los demás», animó y agradeció.

También extendió agradecimientos la secretaria de AMAC, Isabel García León, a las familias y amigos «que nos hacen más grandes», desde los fundadores del colectivo hasta los que la han ayudado a crecer. Compartiendo las gracias con los colaboradores públicos y privados, ponderó el papel de «nuestros chicos». «Son el centro de nuestra asociación. Con su cariño son especiales y nos hacen especiales», sonrió.

Tras la misa, el tradicional almuerzo con bollos preñados y el sorteo de dos premios en metálico. Entre los cientos de boletos vendidos, el de 1.000 euros es para el 2.906 y el de 500 para el 3.523. Los agraciados tienen un mes para reclamarlos. El colofón del mediodía lo puso la animada exhibición de baile de mayores y pequeñas de la Academia Tacones y Puntas.