![La multitudinaria fiesta del ajo asado](https://s1.ppllstatics.com/larioja/www/pre2017/multimedia/noticias/201704/14/media/23470123.jpg)
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Ernesto Pascual
Viernes, 14 de abril 2017, 00:41
Como si poseyera las artes que hicieron famoso al flautista de Hamelin, un dulce aroma emanaba en la mañana de ayer del corazón de Arnedo, un aroma irresistible, que invitaba a propios y extraños a acercarse a verlo de cerca, a sentirlo, a saborearlo.
Con una soleada jornada primaveral con notable acento veraniego, fueron miles los que ayer se dejaron llevar hasta la ciudad del calzado para disfrutar del ambiente del Día del Ajo Asado, que cumplía su decimocuarta edición totalmente consolidado y con ambiente de fiesta.
Por donde a diario circulan cientos de coches prendía una gran hoguera, en el epicentro de la vida diaria arnedana, la Puerta Munillo. Cepas y sarmientos parían las brasas ideales para enterrar ajos y huevos, para asarlos bajo la singular y secular receta arnedana, esa que cada mañana de Jueves Santo atrae a miles de visitantes hasta Arnedo.
«Es nuestro evento gastronómico más importante», explicaba el alcalde arnedano, Javier García, a trece de los niños participantes en el concurso televisivo 'Masterchef Junior', que estos días se encuentran de visita en la ciudad bajo la invitación del aspirante arnedano, Miguel Pérez, y su familia. Sorprendidos por el modo de preparar bajo las brasas tanto el ajo como del huevo, los niños se unieron al ejército de voluntarios de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, organizadora del evento, para prepararlos, limpiarlos y repartirlos entre el público.
Porque la degustación precisaba de muchas manos. Ante la previsión de más visitantes con motivo de la atracción de La Rioja Tierra Abierta, la Asociación repartió ayer 250 raciones más de las 2.000 habituales, cada una con 4 ajos y un huevo asado, más pan y bebida. Y la previsión se cumplió, con una larga fila a lo largo de la calle Juan Carlos I, el mismo espacio donde compartían las mesas donde las cuadrillas y familias degustaban los ajos asados, donde sonaba la rondalla El Emboque y donde se ofrecía vino de la Cooperativa Nuestra Señora de Vico, aceite del Trujal Cooperativa 5 Valles o fardelejos. Siempre gustosos de compartir, los arnedanos mostraban a los visitantes cómo limpiar y comer los ajos. Era una fiesta compartida, como deben ser las fiestas.
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