E. P.
Sábado, 16 de julio 2016, 13:47
Cuando llegaron a las nuevas instalaciones de Etilisa, su fundador, Diego Castillo, se tomó una foto con el presidente del Ejecutivo riojano, José Ignacio Ceniceros. Al cabo de poco más de media hora de visita, Castillo obsequiaba a Ceniceros con una botella con esa imagen ... como etiqueta.
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Fue un ejemplo de la labor con la que la empresa dedicada a la fabricación de etiquetas adhesivas nacida hace seis años ha pasado de uno a 525 clientes y cómo ha necesitado trasladarse a una nueva nave en el polígono Raposal arnedano. De sus cuatro trabajadores iniciales, ahora cuenta con veinte de un perfil joven y preparado y aspira a llegar a 23 el próximo año. Con tecnología israelí de última generación, el mundo del vino acapara la mayoría de los pedidos.
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