Los integrantes y voluntarios del Casco Antiguo se afanaron toda la mañana en asar los ajos frescos bajos las brasas de la gran hoguera prendida en la Puerta Munillo.

Un ritual para degustar en compañía

Cientos de arnedanos y visitantes saborearon las 2.000 raciones del XII Día del Ajo Asado

Ernesto Pascual

Sábado, 4 de abril 2015, 11:00

Normalmente se preparan sobre un brasero o a los pies de una pequeña fogata, siempre en buena compañía de familia o amigos y con un trago con el que brindar. Síntoma de descanso y de encuentro, es un ritual que los arnedanos comparten con asiduidad ... en días de fiesta, de fin de semana, de celebración con la llegada de la primavera y con el alumbrar de los ajos frescos en las huertas que baña el Cidacos.

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Desde hace doce años, ese ritual singular y tradicional de los arnedanos se multiplica y engrandece para explicarlo, compartirlo y degustarlo con cientos de visitantes de toda La Rioja y de otras comunidades autónomas. Es el Día del Ajo Asado, una iniciativa de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Arnedo que se ha consolidado a mediodía de cada Jueves Santo como una de las principales citas turísticas en la ciudad del calzado.

Un sol primaveral dio la bienvenida a la jornada alrededor de la Puerta Munillo, donde esperaban los fajos de sarmientos recogidos hace tres semanas. También los 8.000 ajos frescos y 1.000 huevos que se asarían en la gran hoguera. Y entre los presentes, también algún turista que quiso llegar pronto para, tras la grata experiencia del pasado año, vivir el Día del Ajo Asado desde que se encendía el fuego.

A ello se dispusieron el medio centenar de miembros y voluntarios del Casco Antiguo que colaboraron para que esta jornada fuera de nuevo un éxito. Cada uno en su desempeño, mayores y jovenzuelos asaron los ajos y huevos, los limpiaron, los repartieron en las raciones y los repartieron en la degustación. En total, 2.000 raciones con cuatro ajos y un huevo asado, pan y vino. Además, aceite en las mesas por si alguno quería sumar sabor al banquete.

Ya en las mesas preparadas bajo las canciones populares de la ronda El Emboque, los arnedanos explicaban a los visitantes el colofón del ritual: retirar las capas quemadas, limpiar el ajo, alzarlo y dejarlo caer suavemente en la boca, sobre el paladar. Y disfrutar.

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También un disfrute ayer y durante los fines de semana de este mes es la ruta gastronómica del ajo, en la que participan 34 bares con pinchos inspirados en este producto. Entre ellos, el jurado determinará el ganador del Ajo de plata al mejor y la novedad del Huevo de plata -donado por Avícola Preciado, de Pradejón- al segundo.

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