La llegada más emocionante

Comenzaba a andar la tarde, la tormenta había pasado y todos escudriñaban el horizonte de la carretera hasta el monasterio de Valvanera. Allí aparecían: los 90 andantes recorrían el último tramo de la XXXII Valvanerada Scout entre los saludos y aplausos de los familiares que habían acudido allí a recibirles.

Eran los últimos metros de cuatro etapas que arrancaron en la tardenoche del viernes desde Arnedo a Munilla, la primera de esta actividad de convivencia, marcha y contacto con la naturaleza que organiza el grupo scout Vallaroso. En la mañana del sábado, se ponían camino hacia Laguna de Cameros, por unos paisajes espectaculares. «Esta Valvanerada ha ido muy bien. El hecho de que hayan sido menos no se ha notado y hemos tenido el mismo ambiente entre todos, como siempre», valoraba la coordinadora de esta edición, Laura Rubio.

La falta de puentes festivos obligó a Vallaroso a adelantar las fechas de la marcha, con lo que el tiempo veraniego ha predominando, reclamando los andantes más paradas de agua, pero sin más incidencias.

Y tras los kilómetros de marcha, tardes de alegría y convivencia. Así, los scouts sorprendieron a los andantes en Laguna con una recreación de las fiestas arnedanas, con chupinazo, las chaquetas de las peñas, pañuelos, reina y damas -el equipo de cocina-, una novillada, cena de hermandad, verbena y hasta el 'Pobre de mí'. En la tarde siguiente, Ortigosa asistió a las finales de los campeonatos de mus y parchís y vivió otra fiesta hasta medianoche.

Con las familias esperando a andantes y equipos de apoyo, la llegada a Valvanera fue en la tarde de ayer emocionante. «Es un momento muy bonito porque ves que has conseguido tu meta -describe Rubio-. Aunque andas mucho, la Valvanerada es una experiencia muy bonita y todo el que viene repite».