Carmelo Ruiz, ante un logo de Adidas en Baviera.
RIOJANOS POR EL MUNDO

Una formación triple

Carmelo Ruiz Simón, un arnedano en Baviera

Ernesto Pascual

Miércoles, 18 de junio 2014, 10:24

De Arnedo a Valencia, de allí a Marsella durante año y medio y ahora en Baviera. Es el recorrido que el arnedano Carmelo Ruiz Simón sigue en su objetivo de completar un doble grado de Negocios Internacionales. En su recta final, vive en el pueblo ... alemán Herzogenaurach para realizar las prácticas en Adidas.

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«Fue una sorpresa conseguir estas prácticas. Al principio impresiona, pero con el paso de las semanas te das cuenta de que es un trabajo normal. Eso sí, como aficionado al fútbol, me considero afortunado porque colaboro en proyectos relacionados con el patrocinio de la UEFA y la FIFA», sonríe.

Asentado ahora en Alemania, recuerda su paso por Marsella -la conocida como Vieux Port- que describe como una «ciudad mediterránea por antonomasia, con mucha vida y ambiente en sus calles de día y de noche». Sus pintorescos barrios por los que perderse o la catedral Notre Damme de la Garde sobre una colina son algunos de los lugares que guarda en la retina. «Mi adaptación fue rápida pues los marselleses nada tienen que ver con los parisinos, son gente calurosa y hospitalaria, enseguida me hice con el idioma y los compañeros de clase se portaron de maravilla», agradece.

Desde Baviera, cuenta que Herzogenaurach -un lugar por el que se mueve en bici y cuenta con empresas líderes como Adidas, Puma o Siemens- es una localidad próxima a Nuremberg y a dos horas de Munich, pero lo más sorprendente es su similitud con Arnedo. Se trata de una zona campestre, con granjas, con campos de cultivos y bosques.

«Las oportunidades para los jóvenes son muy variadas y prácticamente optan a los mejores puestos sin moverse de casa», explica a propósito de las empresas allí ubicadas. «Es -añade- muy interesante ver cómo funcionan las cosas en una empresa de este calibre con gente de diferentes nacionalidades y cómo se negocia con los clubes y organizaciones deportivas más importantes del mundo».

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Ahora, el alemán es mayor reto que el francés, pero el inglés facilita la integración. «Aunque fría y reservada al principio, se puede considerar a la gente de Baviera en el fondo como bonachona y cálida, además de muy hospitalaria que gusta de pasar ratos con la familia y los amigos. Podría decirse que hacerse amigo de un alemán es difícil, pero que una vez esa amistad se fragua, nada la romperá», describe Carmelo. Desde esta experiencia, no duda en encontrar que riojanos, marselleses y bávaros apenas tienen contrastes y que coinciden en ser hospitalarios y buenos anfitriones.

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