«Quiero vestir a los niños con calzado de Arnedo»

¿Cómo es la realidad que vive?

Es un trabajo muy bonito con las personas más dejadas por la sociedad. Los niños de la calle tienen entre 8 y 17 años. Viven, trabajan, juegan, comen, algunos se drogan, duermen en la calle y no tienen a ningún adulto responsable de ellos. Algunos son mendigos, otros trabajan en el mercado como portadores, fregando en puestos de comida... Pero cuando se hacen mayores tienen dificultades para que los demás confíen en ellos y bastantes comienzan a drogarse con el pegamento.

¿Cómo actúa su asociación?

Nuestro objetivo es la reinserción familiar o social de los niños y jóvenes de la calle y de la cárcel. Como primer contacto, los educadores se encuentran con ellos en las calles para escucharles y mostrarles el apoyo de una casa de día para que se laven, puedan dormir o jueguen. Si entre ellos alguno tiene intención de salir de la calle, tenemos el Hogar Hermano Yves, donde los acogemos y encuentran un ambiente de seguridad. Un maestro los alfabetiza, les enseñamos juegos y acrobacias para que sepan hacer algo diferente a los demás, que despierte su autoestima ante el público de la calle. Y los llevamos a la escuela pública, lo que ayuda a resocializarles mientras contactamos con sus familias. Para quienes no han podido volver con sus familias o los que salen de la cárcel, entre 17 y 22 años, tenemos otro hogar donde les enseñamos oficios.

¿Cuál es su labor en el módulo de menores de la cárcel de Yaundé?

En un recinto preparado para 60 personas hay entre 120 y 220 presos menores, de los que un 80% todavía están a la espera de juicio. Intentamos que vivan ese tiempo de una forma positiva a través de una escuela que va desde la alfabetización al bachillerato, con profesores que son también prisioneros. Aunque son condiciones deficientes, el 90% van a clase -motivados porque les damos comida- y cada año hay quien consigue el certificado de estudios primarios o secundarios.

Para todos ellos, ¿qué proyecto inicia ahora en Arnedo?

Trabajamos con más de cien chavales que van rotando a lo largo del año. Mi objetivo es llenar un contenedor pequeño con zapatos para jóvenes, desde 10 años, y ropa en buen estado. Será un honor vestir a los chavales de la calle con calzado de mi pueblo.

Hablando de educación, ¿cómo vive el secuestro de las más de 200 niñas de la vecina Nigeria?

Yaundé está en el sur, lejos de la zona donde actúa la secta integrista Boko Haram, que significa 'libro impuro' y odian la educación. De cara a la solución, más allá de que Occidente se proteja, sería importante que dirigentes musulmanes importantes condenen la acción.