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Como si diera respuesta a un encargo, quizá similar al bíblico que se encomendó a Noé, aunque en este caso por pasión e inquietud, Álex Yunquera Sota reúne decenas de plantas, hierbas, verduras, hortalizas y frutas en el campo experimental que cuida en ... Préjano. Desde hace seis años trabaja en media hectárea de la tierra de sus abuelos, adonde regresó alejándose del hormigón bilbaíno: «Como aficionado al monte, me llaman la atención las plantas con las que me encuentro, sus aromas, el por qué a ésta le visita más un insecto que a otra…», relata.
Comenzó con un huerto doméstico que pronto se le quedó pequeño. Tras una primavera lluviosa, que ha permitido hasta tres cortes en varias plantas, el campo muestra en estos calurosos días una viva explosión de colores y aromas.
«¿Cuántas plantas, frutos… tiene?», la pregunta el cronista. Álex hace memoria, escudriña los diversos bancales…, pero ha perdido la cuenta. Por la orografía de los montes que los abrazan, Préjano y el Alto Cidacos es una zona idónea para cultivar estas plantas. Con el propósito de recuperar variedades locales y autóctonas de los montes, que están presentes pero olvidadas, Yunquera presentó al Gobierno de La Rioja el proyecto de campo demostrativo y didáctico de plantas aromáticas.
Hoy es más que una realidad que, además de llevarle a elaborar y comercializar cinco tipo de infusiones y aceites en su herbolario y obrador [revoluciondearomas.com], sirve también como campo escuela para decenas de escolares riojanos como lugar para voluntarios que quieren aprender este mundo sostenible, como escenario para conciertos o sesiones de yoga o para visitas tematizadas como las jornadas etnobotánicas y fotográficas. «Se trata de recuperar una tradición que se está perdiendo –explica–; son recursos que tenemos a nuestro alcance pero terminamos yendo a la farmacia o al supermercado».
Para llegar hasta aquí, y lejos de su instrucción como informático, Álex Yunquera se ha basado en una formación autodidacta a través de lecturas, de escuchar a los mayores, a campesinos y pastores, de viajar y compartir con otros que también palpitan la misma pasión, visitar proyectos, cultivos alternativos…
Esto le llevó a observar y estudiar las asociaciones de cultivo, las sinergias que se dan entre unas plantas y otras, para atraer polinizadores o repeler plagas. Es lo que pone sobre el terreno y muestra en su campo. «Lavandas, olivos y colmenas es ejemplo de asociación porque además las floraciones se solapan. Las lavandas son muy melíferas, atraen a muchas abejas que van a polinizar el olivo. Vas a tener más producción de aceituna, vas a poder vender tu lavanda que cada vez tiene más mercado y vas a tener miel. Se genera biodiversidad, no usas glisofato ni pesticidas… Esa es la idea».
Bancales con salvia, lavandas, valeriana, espuego, estragón, melisa, albahaca, azafrán, oréganos, malvavisco, equinacea sobre la que sobrevuelan abejas. Lechugas que se asocian con coles. Una zona de huerta con variedades de pimientos, tomates, alubias que llegan de intercambios de semillas con otros productores entre las que crecen distintas albahacas, mentas, capuchinas o flor eléctrica para atraer polinizadores. Un gran ecosistema.
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